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Ramón Aguiló

Escrito sin red

Ramón Aguiló

La vida te da sorpresas

Yno hablemos de las que te da la política. La política es el ámbito del poder. Y la pulsión del poder es una intensificación de la vida propia a costa de la vida de los demás. A cambio de una promesa de que cuidarán de algunos intereses propios acepto renunciar a mi facultad de decidir por mí mismo sobre mucho de lo que me concierne. Como las promesas son de todo punto brumosas, es inevitable la aparición de las sorpresas. Porque la dinámica del poder delegado tiene un alto grado de autonomía respecto a la propia dinámica social delegante. Y sus intereses son específicos, diferentes de los genéricos de los que se alimentan los discursos políticos. La sorpresa ha dejado boquiabiertos a los profesores de la facultad de políticas de la Complutense. Habían imaginado que después de la primera votación para la presidencia del Congreso en la que había decaído su candidato Domènech, su gran y generoso gesto de votar a Patxi López, el aguerrido mozarrón del norte, vendría acompañado del voto de los soberanistas e independentistas vascos y catalanes. Por aquello de su coincidencia en el referéndum de independencia y en el rechazo a Rajoy como máximo representante del nacionalismo español. También por la incentivación del Partido Demócrata Catalán (PDC), antiguo CDC, a Sánchez para que intentara la investidura. Pues no, PNV, PDC y ERC se abstuvieron con sus 25 votos, con lo que los 169 votos de PP y C's a favor de Ana Pastor (un rostro de inexpresividad patricia, inescrutable) superaron los 155 a favor de López de PSOE y Unidos Podemos. La sorpresa inicial se quedó corta cuando se votaron las vicepresidencias y resultó que PP y C's obtuvieron diez votos más que los 169 previstos. No podían venir estos diez votos más que del PNV y del PDC.

Y aquí es cuando se produce una generalizada incomodidad por parte de todos los grupos políticos. Homs dice que el voto es secreto y que desconoce de dónde han surgido esos diez votos. Añade que el PSOE no les había ofrecido nada a cambio de votar a López. Tardà proclama enfáticamente que ninguno de los diez votos es de ERC, que ellos se han abstenido en ambas votaciones. El PNV calla, pero despeja algunas inquietudes respecto a futuros acontecimientos en el País Vasco. El PSOE, que por medio de Sánchez tanto ha coqueteado con acceder a la presidencia del gobierno con la ayuda del PNV, PDC y ERC, camino vetado por la dama del sur, y, cogido en su propia trampa de haber alentado a Rajoy para que buscara en sus afines ideológicos los votos necesarios para la investidura, aunque estuvieran contaminados por la deriva independentista, se ve imposibilitado para denunciar al PP como partido que prima sus intereses políticos por encima de los intereses de España, como les descalificó el PP cuando cedieron unos senadores a DIL (Democràcia i Llibertat) para formar grupo en el Senado tras el 20D. Al portavoz Hernando (Sánchez calla y calla), no le quedó ante la prensa sino una leve y triste ironía. El asunto, que, de momento estriba en la posibilidad del PDC de poder formar grupo parlamentario aunque no haya conseguido el 15% de los votos en las cuatro circunscripciones catalanas, y de conseguir el más de un millón de euros de subvención como grupo que puede salvar al partido de la ruina económica y de su desaparición, no es baladí en absoluto y augura tensiones adicionales, pues Rivera ha declarado que, en ningún momento va a claudicar con la concesión al PDC. Si este pacto secreto se mantiene para la investidura C's se replegará en el no a Rajoy. El PP, que es el beneficiario, debería explicar la compensación, especialmente después de los diez votos de más de las vicepresidencias. Tenemos derecho a saber qué ha entregado a cambio de Pastor y las vicepresidencias. Si el pacto tiene más alcances. De momento se ha limitado a mostrar su posición favorable al grupo parlamentario del PDC, por pura cortesía parlamentaria. Siguen tomándonos por tontos cuando, simultáneamente, nos enteramos de que la fiscalía no pide condenas de cárcel para ninguno de los encartados por la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014 (entre ellos Homs y Artur Mas).

Iglesias, que corrió a saborear los tres minutos concedidos por el emperador de la Roma contemporánea, es el más desconcertado de todos. No ha habido asalto a los cielos, la ventana de oportunidad se ha cerrado y están viendo cómo la lógica del poder se está imponiendo a la lógica del discurso nacionalista. Por mucho que pudieran coincidir con el PDC y PNV en el referéndum de independencia, creían tanto en la España nación de naciones y en que la democracia es, simplemente, votar, que, profesores ignaros de departamento universitario, son mucho más peligrosos para el poder de PDC y PNV que el PP de Rajoy, la quintaesencia del mal, el supuesto nacionalismo español. El PP de Rajoy no es enemigo para aquellos en País Vasco y Cataluña; sí lo es Unidos Podemos, que les ganó a ambos las elecciones con mucha diferencia en las dos comunidades. Todo ello no hace sino atemperar la presión nacionalista en Cataluña. Iglesias reconoce que las tornas han cambiado y le parece que la investidura se decanta por el candidato Rajoy. Pero el principal problema que le puede sobrevenir es mantener coaligados a tantos aliados internos y diferenciados como En Comú, Mareas, Compromís, IU, sin disponer del cemento del poder o de su pronta epifanía. Configurar un partido tradicional para arrostrar largas batallas en el tiempo sin una casta de profesionales de la guerra, sólo con voluntariado de errático idealismo, es imposible. Y la casta, como decían los troskos, es la muerte de la revolución.

No sabemos si el PSOE va a perseverar en el no o se va a abstener. Si hace lo primero habrá terceras elecciones en noviembre. Si hace lo segundo tendremos un gobierno de Rajoy inestable e incapaz de transformar un sistema caduco en un proyecto apetecible para quienes no votaron la Constitución de 1978. Lo que sí sabemos es que el PSOE ya no es el partido hegemónico en la izquierda. Y que mientras la izquierda esté dividida en dos mitades, seguirá ganando una derecha gangrenada por la corrupción. Es posible que se abran algunas nuevas expectativas. Limitadas. De momento el voto bipartidista de la partitocracia ha aumentado respecto al 20D. Todo ello augura debilidad para afrontar la recuperación económica, esquivar la austeridad, disminuir la desigualdad, acometer la regeneración democrática, reformar la Constitución. Mientras, en el exterior, se aviva el terrorismo yihadista de comandos, lobos y psicópatas; se debilita la UE con el Brexit y la crisis de los refugiados; arden el Mediterráneo y Oriente Medio; Erdogan, el socio de Zapatero en la Alianza de las Civilizaciones, acaba con el laicismo en Turquía. España, presa de sus élites deplorables y odios ancestrales, vuelve a mirarse a sí misma, con sus demonios revoloteando, incansables.

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