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Llorenç Riera

Armengol quiere que Sánchez lo intente

Hace tiempo que Francina Armengol se esfuerza en labrarse un hueco de influencia y capacidad de manobra en el seno de su partido, el PSOE, a nivel estatal. No le falta ambición. Ni astucia y coraje para ello, sobre todo desde que puede manejar, como principal instrumento valedor, el modelo de gobierno "a lo balear" que ella encabeza. Pero en el mismo ángulo le ha salido la estrecha competencia del ejecutivo "a la valenciana" de Ximo Puig. Precisamente ayer, estos dos líderes regionales fueron los dos máximos exponentes de la encrucijada que atraviesa el PSOE, por lo que respecta a las negociaciones de Gobierno, después de las segundas elecciones generales.

Los socialistas necesitan tener encauzada una línea de actuación mayoritaria, mejor si es unitaria, antes de su comité federal del sábado. Por eso Pedro Sánchez dedica los días previos a evacuar consultas con los barones y baronesas regionales del partido. Ayer, entre otros, le tocaba a Armengol pasar por la sede de Ferraz, en Madrid.

Si en la oportunidad anterior la presidenta de Balears ya era decidida partidaria de Pedro Sánchez y de la fracasada mayoría de izquierdas, ahora, con menos posibilidades de llevarla adelante, se reafirma en su tesis. Armengol da por sentado que es a Rajoy a quien le corresponden emprender la iniciativa, como sí está haciendo esta vez, pero nada de apoyarle. Ni por activa ni por pasiva. "Sería traicionar a la militancia y a los electores", dice. Caso de que el presidente en funciones fracase y no logre apoyos mínimos para formar gobierno, entonces, según la presidenta balear, es Pedro Sánchez quien debe emprender la iniciativa. Esta la tercera vía, la patente Armengol que se presenta como exclusiva y casi testimonial, porque no se conocen posiciones tan claras o semejantes entre los socialistas. El conjunto de los líderes regionales más bien se decanta, de momento, por mantener todos los escenarios abiertos sin descartar ya una abstención ante la investidura de Rajoy. De hecho, Ximo Puig se negó también ayer "a correr más que el futuro", pero no invalidó nada. Emilio García Page, de Castilla La Mancha, mantiene una posición semejante y Guillermo Fernández Vara, de Extremadura, admite, "a título personal" abstenciones de diputados concretos.

Los procesos están, en todo caso, muy inmaduros todavía, lejos de la concreción. Podemos insinuaba ayer por la mañana la posibilidad de formar un gobierno de izquierdas, un envite que se apresuró a descartar el PSOE, pero por la tarde, Pablo Iglesias volvía a insistir con su predisposición a escuchar cualquier oferta "incluso antes de que Rajoy fracase". Mientras, el líder del PP no lograba, como era de esperar, el respaldo ni del PNV ni de Esquerra Republicana. Todavía falta bastante trecho por recorrer. En todas las direcciones posibles.

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