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Llorenç Riera

Supervivencia a base de sueldo precario

Aquellos mileuristas tan denostados en su día, en los tiempos de bonanza, tienden a ser especie añorada, colectivo con aspiraciones de poder ingresar en él, en esta Mallorca de gran demanda turística y ocupación hotelera al máximo.

Son un objetivo a alcanzar, no por lo ideal de su situación, sino por el decrecimiento de sus integrantes. El número de residentes en Balears que ingresa un máximo de 12.000 euros al año se sitúa, según los últimos datos conocidos, en las 192.400 personas. E el 41% de los contribuyentes. Si tenemos en cuenta que el salario mínimo interprofesional está establecido en 9.172 euros, llegaremos a la fácil y poco estimulante conclusión de prácticamente cuatro de cada diez isleños no lo alcanzan.

Los analista económicos y laborales llevan tiempo advirtiendo sobre las incidencias y peligros de la fragmentación, en cuanto a capacidad económica, que se registra desde el inicio de la crisis, en 2008. Esta situación, lejos de amortiguarse, se acentúa y recibe la confirmación de los estudios y balances económicos, con repercusión social, que se van conociendo. El último, el de la Agencia Tributaria relativo a la declaración de la renta de 2014, divulgado ayer.

Asociado a las crudas vivencias personales y familiares en que se estanca la situación, una de las consecuencias más preocupantes de todo ello se concreta en la reducción de la clase media, nada menos que el grueso social sobre la que se cimenta la economía de un país. La clase media se reduce porque se ve forzada a remitir componentes al nada apetecible sector de la precariedad. Es el que más crece, también en Balears. En este archipiélago se ha triplicado de forma holgada el número de contribuyentes que declaran carecer de todo tipo de ingresos. Ahora son casi 10.000. Antes de la crisis eran 2.919.

Con este panorama, el crecimiento puntual del consumo que se está registrado tienen pocas garantías de estabilidad. El nuevo boom del turismo puede resultar engañoso, porque no basta fijarse con el desarrollo de la temporada. Hay que mirar el conjunto del año del que, por el momento, siguen saliendo unas medias sin robustez suficiente para cimentar la estabilidad del crecimiento económico continuado.

Al contemplar los actuales sistemas de contratación, especialmente en el mayoritario sector turístico, los analistas también van puntualizando ya que los sueldos deberán crecer en un momento u otro porque, de lo contrario, la situación puede volverse insostenible. Lo reclama la salud de la economía, pero también es un factor de justicia y de dignidad, tanto para el trabajador como para el empresario. Aparte de las numerosas condiciones de precariedad aludidas antes, no puede ser que, según los datos de la Agencia Tributaria, incluso el sector más abundante en cuanto a nivel de ingresos, el que quienes perciben entre 12.000 y 21.000 euros anuales, haya entrado también en una dinámica de debilidad.

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