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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Ciudad Rodríguez II

Al acuñar el laureado término de Ciudad Rodríguez, para describir a Palma bajo la dictadura del presidente del PP local a perpetuidad, no nos referíamos solo a las siniestras farolas que plantó en el Paseo Mallorca. Llega ahora con notable estrépito la segunda parte de esta sucia historia. Se empieza por cometer crímenes abominables contra la estética ciudadana, y se acaba por corromper su estructura moral hasta el tuétano. Al margen de ulteriores calificaciones judiciales, parece acreditada la floreciente mafia de la policía local de Palma. Una vez declinada sumarialmente la superlativa imaginación delictiva de los funcionarios corruptos, la atribución al conseller de Matas y delegado del Gobierno de Rajoy del papel de "artífice" del tinglado posee una inmediata traducción al siciliano.

Rodríguez se querellaba cada vez que le atribuían el papel capital en la mafia de la policía local. El amontonamiento de indicios en su contra obliga a pensar que no consideraba el cargo infamante, sino insuficiente. Los jueces han fallado ahora la compatibilidad del ejercicio policial con otras profesiones. Numerosos agentes palmesanos cubrían ya horas extras como delincuentes, deshaciendo por las noches lo que debían perseguir por las mañanas. En Ciudad Rodríguez II, el crimen lo organizaba la propia autoridad. Los únicos indefensos eran los ciudadanos.

La política es más aburrida que la corrupción, de ahí que el PP mallorquín se consagrara íntegramente al saqueo de los ciudadanos durante la pasada década. Con o sin uniforme, sus políticos no desaprovechaban ni una fuente de ingresos criminales. Al igual que los comandos albanokosovares que asaltan chalets de lujo, anestesiaron previamente a los residentes con la idea de que corromperse no es una prueba de venalidad, sino de virilidad. Repase en su hemeroteca los ditirambos a favor de la reciedumbre de Matas y Rodríguez, cerebro y brazo ejecutor. Solo falta calcular cuántos votos le reportará al PP este nuevo brote de corrupción con galones. El eco se ha expandido a escala estatal, con lo cual puede sellar una mayoría absoluta de Rajoy en unas terceras elecciones.

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