Ya está aquí. La ecotasa ha llegado para quedarse, en similitud a lo que dicen estos días, respecto a sí mismos, los líderes políticos mermados de votos y escaños. La Agencia Tributaria de Balears asegura tenerlo todo a punto para comenzar a aplicarla a partir de pasado mañana ¿Cómo lo hará? La incógnita y su aplicación práctica se despejan mediante la extensa entrevista que su directora, Maria Antònia Truyols, concede hoy a Diario de Mallorca. Tenemos acceso pues al cuerpo, diversificación y método de la ecotasa, a partir de un objetivo primordial, el de recaudar. El destino de lo ingresado será capítulo aparte posterior.
La experiencia sirve de algo, sobre todo si parte de un fracaso. El tropiezo de 2001 es útil, cuando menos, para la fijación del rumbo a seguir. La ecotasa no tiene intención de perdonar a nadie que se cobije bajo cualquier epígrafe posible de alojamiento turístico. Abre tres grandes vías de intervención. Lo hará sobre los establecimientos hoteleros, en los alquileres vacacionales regulados y también en los ilegales que estén camuflados a través de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Aquí, serás culpable hasta que no demuestres lo contrario, porque se invierte la prueba de la carga. Se tratará de acreditar la existencia de un contrato y un depósito de garantía para certificar que no tienes un arriendo turístico que, por otro lado, la Administración no ha regulado y, por tanto, te aboca a la ilegalidad. Cuando se le plantea a la Hacienda autonómica lo kafkiano de esta situación, no entra en estado de nerviosismo. Ni siquiera se plantea dudas. Por qué, se pregunta si existe jurisprudencia de la UE que avala la aparente contradicción. Como si, por otro lado, no se pudiera cobrar IVA a actividades industriales y comerciales ilegales.
Informados por tanto de que el Impuesto de Turismo Sostenible se va a exigir sin escapatoria posible, interesa saber los métodos elegidos para ello. Se podrá elegir entre una estimación directa y otra objetiva que dejan brecha todavía para una tercera vía indirecta, reservada a la Administración, en el caso de que el afectado se haga el sordo y no pase por caja. Aunque no se reconozca explícitamente, todo parece abocado hacía la estimación objetiva, a la que se atribuye la virtud de la comodidad para el contribuyente y de la seguridad para el recaudador. Viene a ser un sistema de módulos calculado a partir de medias resultantes del cruce de datos estadísticos de ocupación. El 60% se liquidará en septiembre y el resto en enero.
La estimación directa presenta mayor complejidad burocrática y está sujeta a liquidación trimestral. La Administración la teme porque sabe que presenta grandes posibilidades de fraude. Tiene el ejemplo de Cataluña, donde se aplica y no recauda, ni de lejos, lo presupuestado. Por eso la estimación objetiva es la favorida. En cualquier caso, Hacienda solo conocerá como contribuyente al hotelero o al arrendatario. Ellos serán quienes deban cobrar la ecotasa al turista. O pagarla por él sin pedir ni dar explicaciones.
