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Llorenç Riera

Rajoy no tiene interés en la transparencia

Mariano Rajoy volvió a perder ayer una buena oportunidad de reconciliarse con la transparencia y las buenas prácticas democráticas. También de lavar, con jabón de honradez y responsabilidad, la imagen de su propio Ejecutivo. La campaña electoral llevó al presidente del Gobierno al Port de Sóller en un día en que los escándalos volvían a sobrepasarle. Fiel a su costumbre, pasó de puntillas sobre ellos. Es decir, no hubo reparación ni justificación. Solo evasivas para la huida momentánea entendida como acomodo personal.

Muy a su pesar, Rajoy no pudo ejercer de turista. Aunque lo intentó. Habló de la importancia del turismo para el enriquecimiento de Balears, volvió a criticar la ecotasa y otras medidas del Govern. De la financiación autonómica, nada. Reivindicaba la moderación. Este fue su referente cuando una mujer le espetó que representaba a "un partido de corruptos". El presidente la reconvirtió en símbolo de los "extremismos que no pueden ganar el domingo". El líder del PP sigue erigiéndose como artífice de la recuperación económica al tiempo que advierte que en estas elecciones está en juego la misma soberanía nacional.

Pero, muy a su pesar, esta alusión a Cataluña no fue la cuestión más importante o inmediata en referencia a esta tierra. Ahora mismo, pesa sobre el entramando institucional y político el grave episodio de las conversaciones grabadas entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Andrés. Fue en octubre de 2014 y se divulgan ahora. En ellas, entre otras cosas semejantes, se habla de "cómo conseguir datos para incriminar a políticos de ERC y CDC".

El aparato del Estado y de la Administración Autonómica al servicio del juego sucio político. A partir de ahí, se puede entrar en muchos matices pero, en todo caso, convendrá no perder de vista que democracia no es solo votar cada cuatro años o a los seis meses sino mantener la transparencia, la honradez, la actitud de servicio público desinteresado y la imprescindible separación de poderes.

El Parlament de Cataluña ya ha iniciado el procedimiento para destituir a De Andrés. Pero Rajoy "por supuesto", sigue respaldando a Jorge Fernández Díaz. En el Port de Sóller dijo ayer que lo ocurrido no eran más que "ganas de pescar en río revuelto" y de sacar las cosas de contexto. Mientras, los implicados intentan revertir el grave episodio, del que ayer tarde se conocieron más detalles, y pasar como víctimas.

Jorge Fernández Díaz es el ministro del Interior que el domingo debe facilitar los resultados electorales. ¿Mantiene la credibilidad suficiente para hacerlo, después de lo ocurrido? De no estar en un proceso electoral, probablemente hoy ya estaría cesado. Sin embargo, Rajoy lo mantiene en el cargo mientras Pedro Sánchez y Albert Rivera lo convierten en cómplice y responsable de lo ocurrido. En ningún caso podrá quedar como mero incidente pasajero.

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