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Matías Vallés

La prórroga

Matías Vallés

Armengol debe aprender a sumar

El chiste más manido tras la estéril alianza de Pedro Sánchez con Ciudadanos:

-Sánchez ya ha aprendido a pactar, ahora conviene que aprenda a sumar.

No se rían, por culpa de esa broma del secretario general del PSOE nos vemos de nuevo metidos en elecciones. De ahí la valentía de Francina Armengol en el madrileño hotel Ritz, al utilizar un reprobatorio "Pedro lo sabe perfectamente" para reivindicar el ADN izquierdista del PSOE y postular un Gobierno junto a las fuerzas progresistas. Finalizaba el mes de mayo, y la presidenta le provocó en directo algún quebradero de cabeza a su presunto líder.

Toda España anda inmersa en una dislocación partidista, de la que Mallorca no queda exenta. Marga Prohens es la Inés Arrimadas de Balears, la versión autóctona de Mònica Oltra sería la propia Armengol. Sin embargo, la presidenta nacionalista emborronó su gallarda negativa a etiquetar "de radical ni extremista a nadie", al reseñar que instalarse en el Consolat fue más fácil que franquear las puertas de La Moncloa. En su opinión, la titular del Govern se aprovechó de "una clara mayoría de izquierdas", de la que no habría dispuesto Sánchez. Interesante, pero falso. Lo fascinante de esta historia es que ambos dirigentes socialistas no pecan de partidismo, sino de ignorancia matemática. El chiste se hace realidad, según suele ocurrir con el secretario general socialista. No saben sumar.

Los números desmontan a Armengol. El PSOE obtuvo en diciembre 90 escaños en el Congreso sobre 350, uno de cada cuatro. En el Parlament, los socialistas tienen 15 diputados sobre 59, uno de cada cuatro. El PP cosechó en Madrid 123 escaños de 350, uno de cada tres. En Balears reunió veinte diputados, uno de cada tres. ¿Es necesario continuar? El pasaporte a La Moncloa requería la misma fórmula que el billete al Consolat. A saber, PSOE más Podemos y los nacionalistas, que en ambos casos estaban encantados de participar en el contubernio.

Sánchez engañó a sus votantes, porque nunca tuvo la mínima intención de gobernar. Además, bloqueó el acceso a la presidencia del Gobierno mediante su ridícula alianza con Rivera. Sobre todo, no tiene ni idea de la suma antes indicada, por si se necesitaran más pruebas de su indigencia intelectual. Entrevisté a Armengol en el fragor de las negociaciones en Madrid, y me repiqueteó que "las izquierdas no suman", el cacareo de su jefe. Me di cuenta de que la presidenta no había hecho los cálculos. Dudo mucho que conociera al dedillo el número de diputados de PNV y catalanistas, pero no me encontraba allí como examinador.

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