El primer año de gestión del Govern Armengol ha coincidido con la visita de la presidenta de Balears a Madrid para explicar en Nueva Economía Forum los avances y prioridades del Ejecutivo que encabeza y su posición ante la situación política española. Armengol ha hablado sin tapujos pero con una comprensible cautela, especialmente en las ofertas electorales y las alianzas que puedan establecerse después de los comicios del 26 de junio. De todos modos, Armengol sigue apostando por un Gobierno de izquierdas integrado por PSOE y Podemos; juega su posición dentro del partido a esta única carta y ofrece el modelo de Govern que ella preside en Balears como alternativa válida para España.

Sin embargo, transcurrido un año, la mayoría parlamentaria basada en las responsabilidades ejecutivas de PSOE y Més, con el apoyo exterior de Podemos, no es precisamente una fórmula perfecta de estabilidad y capacidad ejecutiva de gobierno. En los doce meses transcurridos se han sucedido demasiados episodios de inestabilidad y zarandeo, algunos alentados por Podemos, desde las divergencias con respecto a la ecotasa al rechazo a la Facultad de Medicina, por nombrar sólo los más llamativos. Sin olvidar la fuerte crisis, con relevo de la consellera, en el departamento de Transparència, Cultura y Esports, que controla Més y de la que depende una IB3 empeñada en una apuesta profesional que espera mejorar su audiencia.

Si en las nuevas elecciones generales Podemos repitiera el llamado sorpasso y adelantase al PSOE, es muy probable un incremento de la presión sobre el Ejecutivo Armengol. El futuro del actual Govern depende en buena parte del resultado que arrojen las urnas el 26 de junio. Ha sido un año sin avances en los grandes temas de financiación autonómica, aunque el Ejecutivo Armengol ha mantenido su exigencia en medio de los largos meses de interinidad que se viven en el Gobierno de Madrid.

En cuanto a las realizaciones, el Govern actual se ha empeñado en vender su capacidad de diálogo en casi todos los ámbitos, los logros de paz social, y los avances de las políticas dedicadas a la recuperación de las garantías esenciales para los más desfavorecidos. El Govern Armengol ha pacificado el mundo de la educación, que recibió altamente tensionado de la época Bauzá. Ello no significa que se hayan acabado los problemas referentes al modelo educativo de las islas y los costes que acarrea, o que no se hayan tomado decisiones cargadas de prejuicios hacia la concertada. La creación de la polémica facultad de Medicina ha puesto también en evidencia fuertes contradicciones en el pacto de gobierno, con Podemos radicalmente en contra y muchas sombras sobre el lobby universitario y sanitario que mueve los hilos de esta iniciativa. En el apartado positivo también se situarían el establecimiento de una renta social básica y la recuperación de la tarjeta sanitaria para todos los residentes, y las medidas legales para reconocer la igualdad de género y todas las formas de orientación sexual de las personas.

Pero en la zona de sombra de gestión del Govern hay que destacar los mensajes en los que se ejerce una especie de "satanización" de casi todo lo que tenga que ver con el mundo de la empresa o del sector hotelero. La batalla por la ecotasa y las tensiones creadas por la afinidad manifiesta con el PP de gestores de organizaciones hoteleras, propiciaron una serie de iniciativas que buscan mejoras de condiciones laborales pero tienen la contrapartida de que pueden pagar justos por pecadores en la columna vertebral de nuestra economía. Además, las propias tensiones internas de los grupos que forman el pacto de izquierda, sus ambiciones partidistas y electorales, han llevado a una competencia en cuanto a las actitudes radicales que en ocasiones resulta incomprensible. Hay dirigentes que parecen querer demostrar que ellos son más de izquierdas, más ecologistas, más defensores de las minorías, más antirreligiosos, que nadie. Que una responsable del PSOE de Mallorca compare la emisión de la misa en IB3 con la pornografía es de un izquierdismo infantil sólo explicable por la obsesión de algunos con el terreno que les puede comer Podemos.

En todo caso, la marcha de la economía es tan favorable gracias al peculiar momento turístico que vivimos que lo único que cabe pedir es que no se pongan trabas a una rueda que gira casi al margen de la gestión política, pero que tiene unos elementos de fragilidad que no conviene poner a prueba. Lo que siguen siendo retos pendientes para el Govern es facilitar alternativas para la diversificación del modelo productivo, las mejoras salariales y la calidad integral del empleo. Avanzar en estos ámbitos implica colaboración con emprendedores y empresarios y sembrar condiciones que atraigan a inversores diferenciados, aportando ideas, iniciativas y eliminando prejuicios.