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Ramón Aguiló

Escrito sin red

Ramón Aguiló

Las candidaturas

Los partidos han tenido a bien comunicarnos quiénes van a integrar las listas electorales para el 26 de junio. La gran sorpresa ha sido la desaparición de Isern encabezando la lista de este partido al Congreso. El verdadero motivo de tal salida de la lista y de la militancia activa permanecen oscuros. De creer a la prensa, se debería al escándalo de corrupción en la policía local, cuyo sumario judicial podría dejar de ser secreto antes de las elecciones y dejaría en no muy buen lugar al exalcalde de Palma; de creer al propio Isern, a razones personales de peso; tan de peso que no pueden ser explicadas. Ahí debe aceptar Isern que lo que no se explica da lugar a especulaciones de todo tipo. El dar un paso atrás ha sucedido a la confirmación de la lista por el propio aparato central de Génova. La digitada por Madrid es Teresa Palmer, hasta ahora delegada del gobierno. Armengol se pregunta retóricamente qué ha conseguido para Balears. Pensaba que esto era cosa de los diputados, senadores y gobierno autónomo. Creo recordar que el último socialista que consiguió algo se llamaba Sánchez Cuenca, allá en los ochenta. No la conozco de nada. Aunque dicen que tiene experiencia de gestión en el gobierno de Bauzá. No es que sea un currículum para echar cohetes. Al resto de candidatos del PP tampoco los conozco de nada. Sonia Valenzuela, el lío del obispo, que quiso figurar en la lista, hubiera sido un electroshock electoral para un partido con agitación de depresión bipolar personalizada en el dúo Company-Rodríguez. Aunque para figurar en una lista de candidatos lo lógico sería estar adornado de algunas cualidades contrastadas, no sé, algo menos morboso. Sí, conozco a Pere Rotger, que fue presidente del Parlament, muy ceremonioso, regionalista, viste muy bien, muy elegante, y se enemistó a muerte con Torres, el que le sucedió en la alcaldía de Inca. Puestos a poner podría haber sido él el que encabezara la lista. Pero el PP en Mallorca es una especie de conjura de odios a cual más mefítico. Rodríguez está, con todo lo que arrastra, que se sale. Dicta condiciones y reivindica candidatura palmesana. Joan Huguet, con toda su caterva de artículos, propuestas, programas, ideas, reconvenciones, sus mea culpa, y mil y un sermones sobre naturaleza, estrategia y táctica del poder, sigue en vía muerta, con todo su bagaje institucional, inigualable. Una máquina de fabricar argumentos, sólidos, líquidos y gaseosos. Un talento desaprovechado. Que no se resigna a su suerte, tenaz como Churchill. ¡Cuánta pérdida de tiempo! A él al menos le conocemos.

Podemos presenta lista conjunta con IU y Més: Units Podem Més. Es una nueva versión del programa ganador La unión hace la fuerza. Es sobresaliente el esfuerzo de partidos tan diferenciados, dos dirigidos férreamente desde Madrid y el otro, nacionalista soberanista, para intentar sacar tres diputados. Antoni Verger, que visto de cerca es un tío majo, se encalabrinó como una Gorgona cuando Jarabo y sus nerds podemitas le querían desplazar al puesto cuarto de la lista. No sé si su suegro Illanes le daría una mano, pero Verger desencalabrinado es el yerno que todos los suegros querríamos tener. Ojos azules, mirada limpia, modestia... y más alambicado que un alambique pues no hay dios que pueda escrutar las aspiraciones, renuncias, reconsideraciones, entre la vida política y la privada, entre la secretaría general de Més y el ser diputado, entre el ataque sin piedad a Podemos y el abrazo a Jarabo, de esta figura franciscana que transpira engañosa mansedumbre. Del resto de candidatos, sé de Illanes, porque tenía que presidir el tribunal que juzgara a la infanta. Le he escuchado frases de cumplido, con una vocecilla no precisamente de tribuno de la plebe. Conjeturo que le falta un poco de energía. De los otros, ni la más remota idea. Jarabo, que es el jefe supremo en Balears, ha expuesto con rotundidad y claridad los objetivos de Podemos: No sólo echar al PP, también implantar una nueva era de acuerdos. Queda claro, pues, que lo que apelmaza a Units Podem Més es echar a Rajoy. ¿Para hacer qué? No se sabe. Bueno, sí: Una nueva era de acuerdos. Estos señores acojonan mucho con esta idea de que van a gobernar, no un mandato, toda una era.

De Ciudadanos, conozco de la tele a Rivera, a Girauta, a Cantó y, por supuesto a Inés Arrimadas, que embrujaría hasta a Sánchez Ferlosio con su palabra y con su figura. Pero ninguno de ellos se presenta por Balears. Presentan a un tal Fernando Navarro, un hombre enjuto que parece un dispéptico profesional del ayuno, que dicen que fue director general del gobierno del PP en Balears. Excelentes referencias. Bueno, también conozco a Xavier Pericay, el portavoz de C's en el Parlament. De primera impresión, podría pensarse que Pericay se ha ganado los galones al ser insultado como ultraderechista (un sinónimo en círculos izquierdistas y nacionalistas (una redundancia) de fascista) por la presidenta Armengol. Todo por defender un catalán estándar con las modalidades de las islas. Pero no, algunos galones atesora como filólogo, profesor universitario, periodista, editor y fundador de Ciudadanos en 2006. Pero éste no se presenta. Está por ver si en la próxima campaña en C's podrán escabullirse de la polarización que ya han conseguido PP y Podemos, un cliché que amenaza toda la regeneración. No podrán con promesas del estilo de que no entrarán en ningún gobierno que no presidan.

El PSIB-PSOE presenta a Pere Joan Pons. No lo conozco tampoco de nada. Pero leo que es hijo de Damià (Ferrà) Pons, el parlamentario del PSIB proveniente, como tantos otros, del PSM. Los no nacionalistas no tienen nada que hacer en el PSIB. Es el consejero áulico de Armengol. Armengol dice que necesitamos gente con cierto peso y cierta fuerza que pueda reclamar los intereses de los ciudadanos de Balears. Cierto es adjetivo verdadero, seguro, indubitable. Pero cuando precede sin artículo, como es el caso, al sustantivo, se convierte en indeterminado. Es decir, en el castellano de Armengol desconocemos el peso y la fuerza de Pons que pueda justificar el dedazo aplaudido de la lideresa, con unanimidad búlgara. Pons ha emitido el mensaje a los electores que con gran esfuerzo (es cap li ha fet renou) ha pergeñado entre consejo y consejo: "Espero que haya una mayoría de izquierdas que quite a Rajoy". Pero quizá a los electores les interese saber qué van a hacer además de quitar a Rajoy, qué medidas económicas concretas van a proponer para reducir el paro, la desigualdad y la pobreza; cómo van a enfrentar el secesionismo; y con qué quórum va a contar para las reformas constitucionales. Y si Sánchez dice estar seguro de que no va a ser presidente si depende del voto de Podemos, y dado que los milagros no acostumbran a prodigarse por estos parajes, ¿para qué va a servir una mayoría de izquierdas? Aparte de quitar a Rajoy, por supuesto.

Ah, se me olvidaba, Cristòfol Soler se presenta como opción soberanista pura por persona interpuesta: Xurí. Un crack.

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