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Llorenç Riera

Sin riesgo excesivo pero con prevención

El ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, estuvo ayer en Mallorca. Su visita oficial no obedecía a la detención, la semana pasada, del presunto yihadista Mohamed Harrak, pero esta circunstancia trastocaba y confería un carácter especial a la estancia ministerial en la isla. Por eso el máximo responsable de la seguridad estatal habló más de terrorismo que del motivo formal de su viaje. También, como era de esperar, vinculó lo uno con lo otro.

En principio, Fernández Díaz se trasladó a Palma con motivo del acto de entrega de la bandera española a la decimoséptima zona de la Guardia Civil. Fiel a su discurso habitual, el ministro aprovechó el ceremonial para hacer alusión, más o menos directa, al momento político que se vive. Recordó que la enseña nacional aglutina la "soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores de la Constitución". Pero, dada la trascendencia del momento, importaba más la interpretación y las consecuencias de la operación policial que la semana pasada permitió neutralizar a Mohamed Harrak.

En este sentido, el ministro no dudó en afirmar que "en absoluto" existe un "riesgo especial" de atentado yihadista en el territorio nacional. Por tanto, descartó la posibilidad de incrementar el actual nivel 4 de seguridad. Pero nada es casual o meramente fortuito. El ministro también hizo énfasis en que, si no hay atentados no es por efecto de la buena suerte, obedece a la eficacia policial y a un trabajo que no cesa nunca. El ministro catalán se mostró igualmente consciente de que las actuales formas de terrorismo y el reclutamiento de combatientes para Irak o Siria, "no conoce fronteras" y de que se actúa de forma muy profesionalizada, con un dominio avanzado de las redes sociales por parte de quienes trabajan para las filiales de Daesh y Al Qaeda.

El acto de ayer en el acuartelamiento de Jaume II sirvió también para homenajear a Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá, los dos guardias civiles muertos en el atentado de Palmanova en julio de 2009 y al resto de 241 agentes del cuerpo que han perdido la vida en actos similares.

Era también una oportunidad de reafirmar vínculos entre el instituto policial, la sociedad mallorquina y las instituciones. La Guardia Civil está presente en estas islas desde 1846 con una presencia incrustada en toda su realidad. Es posible que ahora sea menos visible, pero no por ello de mayor ineficacia. Es la tecnificación a la que aludía el ministro Fernández Díaz. Si los terroristas se infiltran en las redes sociales para ensayar sus atentados y captar adeptos, la policía también usa medios técnicos modernos para localizarlos y neutralizarlos.

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