Como dice la vieja canción de Serrat: "De vez en cuando la vida/ se nos brinda en cueros/ y nos regala un sueño/ tan escurridizo/ que hay que andarlo de puntillas/ por no romper el hechizo". La canción hace referencia a las reflexiones plenas de agudeza sobre la experiencia vital que muchísima gente puede hacer suyas, ¿quién no ha creído al sentir el amor que la vida nos besa en la boca y nos lleva en volandas? ¿Quién no se ha sentido alguna vez en buenas manos, feliz como un niño cuando sale de la escuela? ¿Quién no ha pensado que da gusto ver soltarse el pelo al vivir? La vida brinda esos momentos mágicos que uno desearía eternizar. Unos más afortunados, otros menos, todos hemos conocido estos regalos, siempre presurosos y acotados en el tiempo. Esos momentos a veces también se producen en las experiencias colectivas. Pienso en la revolución de los claveles en Portugal en 1974; en la campaña electoral de las primeras elecciones democráticas en España después de cuarenta años de dictadura; en la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989; en algunas fechas de la primavera árabe, en la noche del 17 de marzo de 2011 cuando el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1973 que autorizó a tomar las medidas necesarias en Libia para proteger a los civiles y áreas pobladas bajo la amenaza de los ataques del ejército de Muamar el Gadafi, creando una zona de exclusión aérea; en algunos discursos de Barack Obama, como el de noviembre de 2012, tras su reelección como presidente.
No podría aquilatar de forma precisa la trascendencia de los 11,5 millones de documentos, más de 2,6 terabytes, un volumen de información 46 veces mayor que Wikileaks del despacho de Mossack Fonseca, de Panamá, que una filtración desconocida ha hecho llegar al Süddeutsche Zeitung, que la compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, y que han publicado la BBC, Le Monde, The Guardian, Univisión, ABC (EE UU) La Nación, Miami Herald, L'Expresso, Le Soir, La Sexta y El Confidencial en España, pero me atrevo a pensar que la va a tener, y mucha. Aparecen en ella presidentes, ex y actuales primeros ministros, reyes, como los de Argentina, Georgia, Islandia, Irak, Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Abu Dhabi, y familiares o testaferros de los principales mandatarios de Azerbaiyán, China, Rusia (Putin), Siria, Reino Unido, Egipto, Marruecos, Pakistán, Ghana, Malasia, Argentina (Kirchner), México, España (Pilar de Borbón), Costa de Marfil, Sudáfrica, Guinea. Se ha podido constatar que bancos españoles como el Santander, BBVA y Sabadell ayudaron a algunos de sus clientes más adinerados a crear firmas offshore en Panamá. Lo ocurrido forma parte de este fenómeno de la tecnología que actúa como las dos caras de Jano. Por una parte, a través de las grandes empresas de comunicación, Google, Facebook, y el resto de redes sociales nos controla, sabe todo de cada uno de nosotros, al margen de las instituciones democráticas, se nos utiliza comercialmente mediante el estudio de los llamados Big Data, y, aunque no seamos conscientes de ello, limita nuestras libertades. Por la otra, hace casi imposible, sea por la conciencia de alguien como Snowden, sea por la habilidad de un hacker, mantener el secreto de las grandes corporaciones y de los Estados, ofreciendo a la mirada de todos los ciudadanos los arcanos del poder económico y del poder político. Es imposible no pensar que esta exhaustiva información va a provocar cambios políticos de distinta naturaleza en muchos países.
La información nos esclarece de forma nítida la problemática de la existencia de los paraísos fiscales en todo el mundo. Se nos ofrecían hasta ahora abstrusas explicaciones por parte de los mandatarios del porqué no podían eliminarse estos refugios para que los poderosos y adinerados guardaran sus fortunas al abrigo de la fiscalidad de sus países. Ahora, no es preciso forzar mucho la imaginación. Los paraísos fiscales existen porque los mandatarios corruptos de muchos Estados los necesitan para esconder el fruto de su rapiña sobre sus ciudadanos. Y esto afecta a democracias y a dictaduras, a todo tipo de Estados. ¿Esto va a suponer que vayan ahora a desaparecer? Ni idea. Pero parece bastante evidente que va a depender de cómo se puedan movilizar las opiniones públicas de los países afectados. Y de la fortaleza e independencia de los medios de comunicación. Una vez más se demuestra que la libertad de prensa y la investigación periodística son elementos imprescindibles para asegurar no solamente la democracia, sino la lucha contra la corrupción. Y para ello es de vital importancia democrática no solamente asegurarlos, también asegurar su independencia respecto a los grandes poderes económicos; y esto depende de los ciudadanos, de los lectores dispuestos a pagar por la información. Ya hemos podido comprobar en España el distinto tratamiento a los papeles de Panamá, en cuanto a visibilidad y preeminencia, entre los medios que cuentan entre sus accionistas a los principales bancos del país y los que no.
Los nombres de españoles que han empezado a circular afectan a nombres principales de la farándula, como Pedro Almodóvar, cuyo hermano asegura su situación de cumplimiento con Hacienda (aunque hay que precisar que es legal disponer de una empresa offshore si el capital ha sido declarado al fisco) no deja de ser curioso que un famoso cineasta conocido por sus simpatías por Podemos pueda compaginar en un mismo artefacto sentimental la solidaridad con los más necesitados con haber guardado su capital a salvo de la Hacienda que somos todos. Aparecen deportistas como Crivillé, familias de alto copete como la señora Micaela Domecq, esposa del comisario Arias Cañete. Pero la aparición más espectacular es la de Pilar de Borbón. Es muy curioso que su offshore se abriera en 1974 al poco de hacerse cargo su hermano Juan Carlos de la jefatura accidental del Estado, por la enfermedad de Franco, y se clausurara a los pocos días de la toma de posesión de su sobrino FelipeVI como rey de España. De ahí cabe preguntarse por una serie de cuestiones que hasta ahora no han tenido respuesta: ¿Dónde figura y a quién beneficia la herencia del Conde de Barcelona, que se cifra en unos mil millones pesetas? Se había dicho que figuraba en cuentas suizas. Diversos periódicos, entre otros el New York Times aseguraron que la fortuna del rey Juan Carlos rondaba los dos mil millones de euros. ¿Dónde está depositada esta fortuna? Convendría, por el bien de la monarquía que se aclararan estas cuestiones puesto que si por los papeles de Panamá se colige que familiares y amigos actúan de testaferros de personalidades como Putin, Koffi Anan, Kirchner, Xi Jinping, Mohamed VI, Peña Nieto, Mubarak, lógico es pensar que quizá podría ser Pilar de Borbón testaferro de su hermano. Sí, sin duda, afecta al futuro de la monarquía. "De vez en cuando la vida/ afina con el pincel/ se nos eriza la piel/ y faltan palabras/ para nombrar lo que ofrece/ a los que saben usarla".
