Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

En aterrizaje y despegue constante

Apartir de mañana mismo, cuando alce la vista en cualquier punto de Mallorca, sea de día o de noche, verá por lo menos un avión. Las previsiones realizadas por el aeropuerto indican, con demoledora claridad, que empieza el derribo de las mejores cifras de llegadas y salidas conocidas hasta ahora. Para cumplir con los vuelos programados, desde abril a octubre, de promedio, cada dos minutos deberá aterrizar o despegar un avión desde Son Sant Joan.

Con esta hiperactividad, con el gran frenesí del todo ocupado, la pregunta ya inevitable, es la que obliga a resolver si tal saturación resulta soportable y si el agobio puntual del mercado turístico mallorquín que ahora se beneficia de los males de los demás, acabará asfixiando por éxito la estabilidad y el buen nombre de campañas futuras. No es solo el estrés de la contaminación sonora del aeropuerto, es el atasco en las carreteras, son las colas en los restaurantes y los pisotones en las playas. ¿Es eso lo que busca el turista? Lo encontrará con el agravante de que todo ello llega después de un invierno en que también se han incrementado todas las cifras del frío, pero que deja una árida sequía y topa con la desaladora disponible solo en parte. Las autoridades aseguran que los servicios básicos están garantizados, pero ya empieza a colarse también, por algún resquicio de su hermetismo, que existe seria preocupación ante un éxito turístico que se presenta como bueno pero que pone a prueba las infraestructuras y hasta es posible que la capacidad de convivencia entre residente y visitante. No todo puede circunscribirse a la cuenta de resultados económicos.

El aeropuerto estará, como nunca, en aterrizaje y despegue constante en una dimensión y con un volumen que también habla de escasez de previsión real, de movimiento desmesurado y de límites descolocados o demasiado flexibles. Seguro que ha llegado el momento de fijar el techo de la capacidad turística de Mallorca.

Entre entradas y salidas, Son Sant Joan, será pisado, de primavera a otoño, por 26,4 millones de pasajeros. Es un 16% más sobre las mejores cifras conocidas hasta la fecha, lo cual se concreta en la suma de 4,3 millones de pasajeros y en 151.000 movimientos de aviones para 157 destinos nacionales y 136 internacionales. Es, en buena parte, el resultado del crecimiento de 21% de la principal clientela, la alemana y del 17% de la del Reino Unido. Tanta saturación, ya en la misma puerta de entrada y salida del aeropuerto, obedece también a la gran demanda, bien satisfecha, de alquileres turísticos.

No existe motivo para dudar de la capacidad aeroportuaria para gestionar tal dimensión del tráfico aéreo. Los controladores y hasta los maleteros tendrán sobrecarga de trabajo. Las dudas y las preocupaciones empiezan a instalarse con seriedad más allá de los servicios aeroportuarios y todas ellas planean en torno a la capacidad de mantener los servicios turísticos en los términos y dimensiones que les son propios. Visto lo que se avecina, este verano puede ser crucial en muchos sentidos. Pondrá a prueba el verdadero efecto de la industria turística en el conjunto de Mallorca.

Compartir el artículo

stats