Una leyenda urbana asegura que la crisis que acaba de arrollarnos, y que todavía ha dejado graves secuelas entre nosotros, se ha mitigado grandemente y se ha hecho soportable gracias a la contribución de los mayores al sostenimiento de los hogares. Pues bien: según un estudio realizado por sociólogas de la Universidad de Barcelona que analiza las relaciones de ayuda intergeneracionales, tal tópico es sencillamente una falacia: ni fue tan sustantiva aquella ayuda, ni siquiera es cierto que los abuelos ayuden sistemáticamente a sus hijos/nietos: en nuestro país, el 63,2% de los abuelos no cuida a los nietos, y sólo el 14,1% lo hace a diario. Eso sí, este último porcentaje es mayor que el de Alemania (6,3%), Francia (5,9%) o Dinamarca (0,9%), pero inferior al de Italia (19,4%).
Las autoras del informe denuncian además, y con toda la razón, que la difusión de esos tópicos según los cuales la red familiar es en España muy densa y tupida y resuelve los problemas de todo el mundo, en especial los desempleados, es en realidad un pretexto urdido por los sectores más conservadores para justificar la falta de ayudas públicas. Cuando lo pertinente es dejar en paz a los abuelos, liberarlos de la esclavitud de los nietos cuando la ayuda no es puramente voluntaria y ofrecer a las familias en dificultades los auxilios sociales precisos para que no sea necesario recurrir a la pensión de los mayores para sobrevivir.
