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Matías Vallés

Al azar

Matías Vallés

El PP se enfrenta a Bauzà

Hay muchas personas con derecho a exteriorizar su frustración hacia el PP mallorquín. José Ramón Bauzá no es una de ellas. El autor en solitario de que su partido se despeñara desde los 35 diputados obtenidos cuando no le conocían a los veinte cosechados cuando le conocían demasiado, debería limitarse a pedir perdón a afiliados y dirigentes. Sin embargo, necesita exhibir las bravuconadas que le empujaron al abismo. Critica por tanto a su partido, porque "desgraciadamente no sigue" su "estela". La única estrella que debe guiar al PP orienta en sentido contrario a todas las decisiones adoptadas por el sucesor de Matas.

Bauzá impartió su doctrina de parvulario en el prestigiosísimo Foro Floridablanca. Confiaba en que sus críticas no traspasarían los adoquines del Escorial. Concibe a Madrid como un recinto hermético, sin responsabilidad hacia las colonias de ultramar. Debió sorprenderle que se divulgara su pensamiento todo a cien, y mucho menos imaginaba que dirigentes de su partido como Miquel Vidal o Marga Prohens se atreverían a llevarle la contraria. Convencido de que es una versión rústica del quejumbroso Aznar, el expresident descubre que "no hay claridad en las ideas". En labios de quien no distinguiría una idea ni aunque se la empaquetaran.

El Parlament nunca debió regalar un acta senatorial a un expresident con dimensiones de plaga para su propio partido. No existía ninguna necesidad de humillar a Balears hasta tal punto. Incluso el PP le reclama ahora la deuda al antiguo líder desagradecido, que en Madrid presume de que dimitió tras su derrota. En realidad, se negó a marcharse y solo se corrigió tras garantizarse la recolocación. Cuestionábamos a Podemos por haber avalado a un senador carente de méritos. Sin embargo, ahora le reprochan el obsequio a Bauzá desde su propio partido. Acabaremos descubriendo a un estratega en la figura de Jarabo. Bauzá se bate con su habitual ardor castrense para disimular los errores del actual Govern. Entretanto, la situación del PP no debe ser agónica, si le quedan fuerzas para enfrentarse al político que más ha trabajado para consumar la extinción del partido.

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