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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

El Consell Humanitario

Una vez que han resuelto a plena satisfacción todos los problemas de la isla, no me molestaba que los dirigentes del Consell Humanitario de Mallorca...

Una vez que han resuelto a plena satisfacción todos los problemas de la isla, no me molestaba que los dirigentes del Consell Humanitario de Mallorca viajaran a Grecia, para compartir la miseria de los refugiados sirios. Me indignaban las críticas recibidas por nuestros representantes, después de haber dormido en las precarias tiendas de campaña y de haber comido los alimentos servidos en bruto desde camiones... En efecto, mi perspectiva se modificó ligeramente al enterarme de que se habían alojado en hoteles de semilujo, con vistas a la miseria y con los obligados fondos públicos. En cuanto al conocimiento de primera mano que pregonan como excusa, podrían haberlo adquirido sin más que seguir con relativa atención un telediario.

Subvencionar viajes estrambóticos a políticos es inseparable de vivir en Mallorca. Mi problema no radica en sufragar las vacaciones del Consell Trotamundos y de sus adherencias periodísticas, sino en que les pagamos la superioridad moral. Ya pueden sermonearnos desde el púlpito, aunque los humanitarios sobre espaldas ajenas no suelen explicar por qué coinciden en entusiasmo con las grandes patronales de los salarios irrisorios, que también dan la bienvenida fervorosa a la mano de obra barata que les permitirá pagar todavía menos a los nativos. No existe un solo manifiesto escéptico de los emprendedores, frente a un fenómeno migratorio que debería irritarles ideológicamente.

El Consell Turístico de Mallorca está integrado por rousseaunianos que no han necesitado leer a Rousseau. De haberse detenido en el Emilio, hubieran localizado el párrafo ideal para describir sus posturas. "Desconfiad de los cosmopolitas que van a buscar lejos lo que incumplen en casa. Tal filósofo ama a los tártaros para ser dispensado de amar a sus vecinos". Por supuesto, los vecinos viven demasiado cerca, y no siempre puedes mantenerlos a un hotel de distancia. No necesitamos a predicadores de Mallorca en la diáspora siria, sino a políticos que eviten que la isla acabe como Siria. Volviendo a Rousseau, "lo esencial es ser bueno con las personas con las que vives". Es más fácil escribirlo.

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