Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

Buena mar para el sector náutico

En cuanto al comportamiento y a los amarres económicos que constituyen su brújula, el sector náutico tiene sus propias cartas de navegación. Su modus operandi es notablemente diferente del que se mueve en tierra firme. El náutico fue el último apartado en verse apresado por el temporal de la crisis económica y ahora también está siendo el último en reponerse. Pero lo está haciendo de forma clara y decidida, según confirman sus propios datos. Se está lejos todavía de la gran bonanza conocida en la época previa a la caída, lo cual no significa que se haya emprendido un rumbo desacertado.

Si 2014 fue el año del repunte hotelero y 2015 aportó los primeros signos de estabilidad para el comercio y el consumo en general, 2016 se presenta como el periodo propicio para desatar los amarres de los excesivos condicionantes que afectaban a la náutica, con un apunte sobre el cual hace especial incidencia: no soplan vientos a favor solo para las embarcaciones de lujo o asequibles para ricos, sino que podrá desplegar velas el conjunto de toda la actividad marítima ligada al turismo y al recreo.

El bullicio que ya se está viviendo en los puertos deportivos y en los astilleros invita al optimismo y corrobora esta situación. Los varaderos de lugares como Port Adriano, Alcudiamar y Santa Ponça están llenos y en Astilleros de Mallorca abunda el trabajo de reparación y puesta a punto. Los proyectos de reforma de los años anteriores han dado paso a la preparación de embarcaciones para la inminente campaña. Se espera que ya en Semana Santa el nivel de movimiento en los puertos deportivos de la isla pueda alcanzar el 70%. Mallorca tiene a su favor, en este sentido, los niveles de calidad de sus infraestructuras y servicios y, ligado a ello, la demanda que le llega desde el extranjero. Los entendidos apuntan que el incremento de actividad será especialmente significativo en las embarcaciones de más de catorce metros de eslora, sin que ello evite el repunte de las de menor dimensión.

Todo acaba entrelazándose. La pujanza de las operaciones de puesta a punto y la acaparación de amarres hace pensar por igual que aumentarán las operaciones de los chárter náuticos. Su incremento se estima entre el 3 y el 5%, pero ello obligará a volver a luchar por necesidad contra la piratería en este apartado específico.

Parece evidente que, dados los buenos augurios y al igual que está ocurriendo en el comercio y en la oferta turística complementaria, las cosas se están preparando a conciencia. Frente a la piratería, difícil de detectar, se establece complicidad con Capitanía Marítima, la Guardia Civil y Aduanas y en otro ámbito se aprovecha la coyuntura propicia para organizar cursos de formación profesional para desempleados. Se trata de atar bien todos los cabos, lo cual, en un sector tan complejo y diversificado como el náutico no es siempre fácil. De momento ya se disfruta de la agradable brisa que también anuncia una buena temporada en los puertos deportivos.

Compartir el artículo

stats