En el actual mundo de los negocios encontramos muy a menudo empresas que son paradigma de su mercado. Empresas como Google, Facebook, Apple o, por no ir tan lejos, Inditex, son estudiadas, seguidas, amadas y fuertemente envidiadas. Todas tienen en común que hay un creador, una persona altamente reconocida y envidiada: todas tienen un Moisés.

Moisés liberó su pueblo del esclavismo egipcio y abrió las aguas del Mar Muerto con su cayado gracias a la gracia divina de Dios. Los fundadores de las empresas anteriormente mencionadas, y de otras muchas no tan reconocidas pero exitosas igualmente, también disponían de esa gracia divina. Sencillamente levantaron los brazos hacia el inmenso cielo y Dios les bendijo con la idea y los conocimientos, luego se abrieron las aguas y salió la empresa. Tal vez no fue así.

En todos los casos estas empresas han innovado, han aplicado el Design Thinking (DT), que no es sino una manera de resolver un desafío planteado, es el uso del pensamiento convergente y divergente a la vez, es desarrollar productos y servicios realmente centrados en el usuario. Es el uso del ensayo y error sin contemplaciones, buscando siempre mejorar la solución. Steve Jobs no abrió sus brazos y Apple salió de la nada, hubo mucho trabajo y esfuerzo detrás porque las empresas exitosas no salen de la nada, no es una cuestión de suerte, está muy premeditado.

En toda empresa hay dos tipos de problemas, los puzzles y los misterios, que por regla general se dividen en un 80-20, siendo el 80% problemas puzzle y el 20% problemas misterio. Los puzzle son sencillos, son lineales, tenemos un montón de datos y nos dan un número de soluciones según estos datos se combinen. Los problemas misterio son aquellos de los que no contamos con suficiente información ni conocimiento, usualmente por que ese problema no existía hasta el momento, entonces ¿cómo los resolvemos sin datos históricos? Ahí es donde entra el Design Thinking y donde las empresas prestigiosas son reconocidas. Si Steve Jobs hubiese hecho lo mismo que los demás, Apple no habría nacido; si Amancio Ortega hubiese abierto una tienda de ropa al uso, Inditex no existiría.

Cogiendo el modelo de la doctora Liedtka sobre el DT, podemos decir que para que una empresa se diferencie realmente de las demás y consiga ser paradigma en su mercado es necesario:

1.- What Is: exploración de la realidad actual desde una perpectiva de usuario.

2.- What If: generación de ideas y exploración de posibles soluciones. Iterar.

3.- What Wows: convertir los conceptos en hipótesis de trabajo.

4.- What Works: crear producto mínimo viable y testar hasta el hartazgo.

Siempre se deben solucionar los problemas desde equipos multidisciplinares y colaborar con los usuarios finales. Solo así se crean soluciones que tienen el máximo impacto en el mercado y se crean los mitos de Moisés, detectando necesidades no cubiertas y creando soluciones que se ajusten perfectamente al usuario, iterando, fallando y volviendo a probar hasta la saciedad.

(*) Gerente de Diagonal Economistas y Asociados (DEA)