Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

Los extranjeros marcan la población

El pasaporte es el documento de identidad que valida los movimientos determinantes de la demografía insular. Ocurre así porque los residentes procedentes de otros países, en muchos casos de fuera de la Unión Europea, son los que inclinan hacia un lado u otro el fiel de la balanza del millón largo de personas que viven en este archipiélago. Es una tónica que se mantiene y confirma desde hace bastantes años ya, con detalles particulares en cada balance que, por lo general, están ligados a la evolución económica y a la situación administrativa de las personas.

Si miramos el padrón general del INE del año pasado, de entrada, la noticia es que Balears ha perdido, en números redondos, nueve mil extranjeros con residencia habitual en sus municipios, pero esta cifra es apenas significativa porque las personas de nacionalidad distinta a la española continúan comportando el 17,4% de la población. Pese a esta pérdida, el saldo es positivo porque se han registrado en las islas algo más 11.000 españoles procedentes de otras comunidades, mientras que se han ido los 9.000 extranjeros mencionados. De todos modos, se ha quedado muy por debajo de la estimación de crecimiento inicial para 2014 que se había cifrado en 20.000 nuevos residentes estables. Digamos, para hacernos una mejor idea comparativa, que se ha incorporado el equivalente de poblaciones como Son Servera, Santanyí o Santa Margalida y que han hecho las maletas extranjeros en un número comparable al del total de moradores de Campos.

Dado que el peso de los no nacionales viene siendo continúo y sustancial desde hace años, a las cifras aportadas hasta ahora, hay que asociar todavía las de los regresos a los países de origen, muy difíciles de concretar y las de las nacionalizaciones. Según el INE, 66.000 españoles empadronados en Balears han nacido fuera y en las islas han nacido 18.000 personas, hoy residentes, que sin embargo no disponen de DNI español. Recordemos que el hecho de nacer en España, de progenitores extranjeros, no implica la adquisición automática de la nacionalidad.

El comportamiento de los no nacionales hace que el número de nacimientos supere al de defunciones o que haya algunos colectivos foráneos de particular peso demográfico.

En estas islas viven 23.250 marroquíes. Es lo mismo que si al total de la población de Inca le restáramos la de Lloseta. De los 400.000 habitantes de Palma, más de 60.000 no tienen nacionalidad española. El 32% de la población de Capdepera y el 24,4% de la de Santanyí también son extranjeros, pero hoy la cifra de residentes sin pasaporte español sólo crece en Andratx y Felanitx. En esta comunidad, los alemanes sobrepasan las 22.000 personas y los argentinos se acercan a los 7.000. Hoy solo la venida de italianos y chinos está al alza y llama la atención que los rumanos ya asciendan a 12.716. Con el global de estos datos, resulta secundario que las islas hayan crecido solo en 1.037 personas en el último año.

Compartir el artículo

stats