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Joaquín Rábago

Los "antisistema"

Quien controla y manipula el lenguaje configura también la realidad. Ya lo decía Lewis Carroll en su clásico "A través del espejo": "La cuestión, insistió Alicia es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes". "La cuestión, zanjó Humpty Dumpty, es saber quién es el que manda?eso es todo".

Quién manda, quién establece las reglas del juego: tomemos por ejemplo la palabra "antisistema", que el Partido Popular y los medios afines utilizan como arma arrojadiza contra osan tener un pensamiento propio que no coincide con el suyo.

¿Es antisistema quien rechaza, por ejemplo, que un Gobierno deba anteponer en todo momento los intereses de los mercados a los de sus ciudadanos o el pago inmediato de la deuda a la satisfacción de necesidades sociales inaplazables?

¿Es ser antisistema denunciar que lo que se nos vende con el argumento inapelable de que no hay otra alternativa es una imposición externa incorporada a nuestra Constitución sin debate parlamentario por unos partidos que tantas pegas ponen a cualquier otra reforma constitucional?

¿Son antisistema quienes exigen que ninguna persona se quede en la calle porque no puede seguir pagando el alquiler al haber perdido su trabajo y quienes se manifiestan sin violencia para denunciarlo? ¿Lo es quien denuncia que se facilite el despido con el pretexto de que ayuda a crear empleo?

¿Es, por otro lado, antisistema criticar el rescate con dinero público de bancos y cajas cuando éstos han engañado a quienes depositaron en ellos su confianza y sus ahorros y a cuyos máximos responsables se permitió que se fueran a casa con multimillonarias jubilaciones?

¿Lo es denunciar la continua confusión entre lo público y lo privado para aprovecharse siempre de lo primero, al tiempo que se lo califica de despilfarrador e ineficaz, en beneficio de lo segundo?

¿Lo es exigir que todos los corruptos de cualquier partido devuelvan hasta el último céntimo todo el dinero que han robado a los españoles y que han puesto muchas veces a buen recaudo en alguno de esos paraísos fiscales que, para la vergüenza de tantos gobernantes, siguen existiendo en Europa?

¿Es ser antisistema reconocer que España puede ser una nación de naciones, que aspiran a ver reconocida y respetada su singularidad dentro de la superior unidad, sin que ello tenga que identificarse siempre con "romper el país"?

¿Es antisistema quien denuncia el trato de favor a una iglesia que abusa de una posición privilegiada en un Estado que se dice laico y exige que se acabe con ciertos privilegios y sean los propios fieles quienes la financien?

Una iglesia que tiene algún jerarca con tan alta opinión de la democracia que denuncia los resultados de las últimas elecciones como síntoma de una "sociedad enferma".

¿Es, por último, antisistema exigir que se respete la voluntad expresada en las urnas por los ciudadanos sin que se los intente chantajear con apelaciones a la responsabilidad, a la necesaria estabilidad o con el miedo a lo que dirán Bruselas o los mercados?

¿Quiénes son los verdaderos "antisistema"? La respuesta nos la dio Humpty Dumpty.

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