Los caminos, lejos de confluir, se distancian. Esta es la situación en la que deriva la problemática, más bien enfrentamiento, entre el Sindicato Médico (Simebal) y el Ib-Salut a cuenta de la apertura vespertina de los centros de atención primaria. Los facultativos vienen a decir que se confirman todos los males avanzados cuando se anunció la prolongación horaria en las condiciones actuales y la Administración sostiene que todo permanece bajo control.
Son dos interpretaciones divergentes y probablemente interesadas en ambos casos, con reivindicaciones legítimas por parte de los médicos y necesidades o carencias que Salud no puede atender por falta de recursos económicos. Las maquilla como puede. La Navidad no propicia tregua en la guerra de los centros de salud, más bien es aprovechada para incentivar el campo de batalla. Se acentúa la larga distancia entre el médico y el gestor, un camino desolado que, preferentemente, se ve forzado a recorrer el paciente entre la incertidumbre y el perjuicio directo.
En términos concretos, en algunos centros de atención primaria ya se están dando horas a partir del 8 de enero. Los médicos también practican tácticas defensivas en cuestiones logísticas. Se curan en salud diciendo que a partir del lunes puede reinar el caos en algunos ambulatorios porque solo se dispondrá del 33% de la plantilla y se llega a afirmar que mañana algunos profesionales de guardia no tendrán oportunidad de acudir a votar. Será también, aunque no se diga, cuestión de predisposición y buena voluntad.
La gerencia de Atención Primaria, por su parte, afirma que nada de eso, que las bajas se han cubierto en el 70% y que los imprevistos se pueden paliar, sin mayor problema, a través del dispositivo de intervención rápida. El Govern resalta el envoltorio amable de la situación. Su portavoz se conforma destacando que, desde que se prologó el horario el 1 de diciembre, se ha atendido en horario vespertino a 31.261 pacientes. Marc Pons ve en ello una "mejora cualitativa".
De puertas adentro, en el interior de los centros de salud, el criterio es el de atender las urgencias, por eso se postergan las citas al 8 de enero y se dirá a la gente que, en caso de apuro, llamen al 061. Se teme a las patologías invernales y se cierran consultas pediátricas de forma puntual. También se entra en la discusión de si, a la hora de cubrir bajas, se ha premia a los ambulatorios fieles y se castiga a los rebeldes. Vamos que, para decirlo en el argot del gremio, si se sometiera a analítica el estado de los centros de salud y su relación con la gerencia, el resultado aconsejaría el ingreso conjunto de las partes para forzar de este modo el entendimiento necesario.
