La mayoría de los medios de comunicación de ámbito nacional hicieron públicos sus propios sondeos electorales a una semana vista del 20D. Como es lógico y comprensible se perciben diferencias entre las distintas encuestas, especialmente en la interpretación de los resultados, en función del imprescindible "cocinero", que no necesariamente es un cantamañanas, y del posicionamiento y talante del medio.
Pero también hay factores comunes. Los populares probablemente perderán una parte muy relevante de parlamentarios, durante lo que resta de campaña se centrarán en consolidarse como partido más votado y estarán muy vigilantes en distanciarse lo máximo posible del segundo en liza, especialmente de Ciudadanos. Los socialistas han vivido una semana de estancamiento en sus perspectivas electorales. Para ellos es básico ser el segundo partido del ranking a la menor distancia posible del PP. Sus frentes son Podemos y en menor medida Ciudadanos en la batalla simbólica y real de ocupar la segunda plaza; se puede jugar parte de sus resultados finales en el debate Rajoy-Sánchez de esta noche. Ciudadanos sigue bien ubicado, pero tiene necesidad de definir mejor su mensaje en un momento en que el partido de Rivera se reubica en el ámbito de la derecha compitiendo directamente con Rajoy. Para Podemos también es vital ser el segundo de la lista superando al PSOE que durante la última semana ha sido objeto de un particular e intenso pim-pam-pum; Pablo Iglesias está en alza especialmente por su capacidad de comunicación. No está todo el guión escrito.
Ayer en este mismo diario se publicó un sondeo de los probables resultados electorales en nuestra Comunidad realizado por la Fundació Gadeso (Quaderns Gadeso número 288, gadeso.org). Aceptada la dificultad de ofrecer unos resultados inequívocos, entre otras razones por los índices de volatilidad del voto y del hecho de que los restos fruto de la ley d'Hont puede conllevar que 50/60 votos cambien de titular, los autores de la investigación definen al máximo su propuesta más probable de reparto de los ocho parlamentarios que están el liza: PP, 3; PSOE, 2; Podemos, 2 y Ciudadanos, 1.
Los populares pierden dos escaños respecto a 2011, pero salvan los muebles gracias al cambio de cartel electoral, pero a su vez una parte muy sensible de su electorado habitual tiende a votar a Ciudadanos más allá de quien puede ser su candidato a nivel local al ser percibida la nueva formación como de derechas (especialmente en asuntos socio-económicos) pero más liberal en las reglas de juego que definen la convivencia (divorcio, interrupción del embarazo, limitación de libertades individuales, excesiva dependencia de determinados lobbies empresariales?). Los cinco diputados de la derecha del 2011 (representada por el PP) se reparten entre los populares (3) y Ciudadanos (1), el resto lo pierden por la dispersión del voto.
Los socialistas se mantienen segundos a 4 puntos del PP como partido más votado, pero aún manteniendo dos escaños no tiene garantizada la segunda plaza dado que el PSOE supera a Podemos por un solo punto porcentual. Además de los inevitables mimetismos nacionales, Podemos tiene un buen candidato a nivel local en la persona del juez Juan Pedro Yllanes Suárez, mientras el candidato socialista, Ramón Socias, con razón o sin ella no trasmite renovación. Ciudadanos manifiesta cierto estancamiento, lo que probablemente le instalará en la cuarta plaza con un escaño. Més, a pesar de su buena campaña, manifiesta serias dificultades para entrar en el pastel, entre otras razones (no la única) por la ley d'Hont. El Pi, es prácticamente imposible que obtenga un diputado. Y el voto de Izquierda Unida ha sido fagocitado por Podemos.
Quiero concluir con un breve comentario a dos preguntas clave interrelacionadas: ¿quién prefiere usted que sea el presidente de Gobierno? ¿Y quién cree que lo será? El más deseado es Rivera (30%) frente a Rajoy (22%), incluso entre los populares se percibe a Rajoy como un lider relativamente amortizado, Pero a su vez un 46% piensa que Rajoy volverá a ser presidente frente al 21% que apuestan por Sánchez, lo que refleja que incluso una parte significativa del votante socialista (y no sólo socialista) tiene escasa confianza en las posibilidades, incluidas las simplemente numéricas (PSOE+Podemos), en la formación de un gobierno presidido por Sánchez.
La semana restante de campaña difícilmente puede provocar cambios espectaculares, pero sí puede dar y quitar razones con algunas sorpresas y/o sorpresillas incluidas.
