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Llorenç Riera

Palacio de Congresos de gestión incierta

Resultaba complicado revestir de lógica y sentido común el hecho de que quien se había apeado de la empresa de levantar el Palacio de Congresos y su hotel adjunto, acabará beneficiándose de la explotación de todo el conjunto. Sin duda esta es la causa principal por la cual la concesión al Grupo Barceló quedó en suspenso casi desde el mismo momento en que fue otorgada, el pasado 21 de abril.

Mateo Isern, entonces en retirada de la alcaldía palmesana y sin la "ilusión" que ahora le permite encabezar la lista del PP balear al Congreso, no se atrevió a refrendarla. Pero faltaba el soporte técnico y de equidistancia profesional para avalar la espera decidida y deshacer la concesión otorgada. Ya se dispone de todo ello. La Universitat y la Abogacía de la Comunidad vienen a concluir, en sus respectivos informes, que el mérito reconocido a Barceló para gestionar el Palacio de Congresos fue consecuencia de un proceso en el que se cometieron distintas irregularidades, algunas de ellas constitutivas de nulidad. En base a ello, el consejo de administración de la empresa pública promotora del recinto acuerda por unanimidad ahora apear definitivamente al conocido grupo hotelero de la explotación del recinto.

Pero, despejada esta incógnita, se plantea otra de inmediato. ¿Qué proceso de gestión se abrirá a partir de este momento? Habrá que decidirlo de inmediato, sea modelo público o nuevo concurso abierto, porque las obras, pese a la lentitudes de última hora impuestas por Acciona, están, esta vez sí, en su recta final. Representantes de la sociedad titular del complejo y de la constructora han confirmado la fecha del próximo 24 de febrero para acabar las obras. Pero ello, en la interpretación de la Administración, no exime de una posible penalización, a razón de 20.000 euros diarios, por la tardanza sufrida con respecto a la fecha acordada antes para finalizar la construcción.

Es posible que algún día lleguen a saberse todo de los avatares experimentados en la construcción del Palacio de Congresos. Sobre todo desde que hace cinco años Barceló desistió de participar en la iniciativa. De los últimos datos que se van desvelando poco a poco llama la atención ahora que, pese a ser una sociedad participada al 50%, Cort se esté haciendo cargo de la mayor parte de la inversión económica y la Administración autonómica se quede en un aporte inferior.

Incluyendo los 24 millones de la valoración del solar, en estos momentos se han gastado 137 en el palacio y hotel, de los cuales 68 han salido de las arcas municipales y 36,7 de las autonómicas. Estos, en su conjunto, son los últimos coletazos de un proceso de construcción que se ha dilatado en exceso. De inmediato empieza la prueba definitiva para comprobar si el Palacio de Congresos tiene capacidad de generar vida propia.

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