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Fundación Kovacs: fin del concierto

No me refiero a uno musical aunque la eficacia de sus grapas pueda tener algo de música celestial sino al económico que ha venido manteniendo, con la sanidad pública, esa que llaman entidad científica sin ánimo de lucro y que, como se anunció, no será renovado, por decisión del Govern, tras su vencimiento la próxima semana.

Ante ello, parece oportuno echar la vista atrás por si fuera posible deducir lo acertado de la medida, ésta debiera reconsiderarse o, por el contrario, se ha retrasado en exceso. Porque los muchos millones de euros convendría precisar si fueron derrochados o economizados como apunta la propia Fundación Kovaks. Desde 2005, la neuroreflexoterapia, como denominan al procedimiento, ha costado al erario 9,4 millones lo cual, pese a que en los últimos años las cantidades fueron a menos por haberse modificado las condiciones del convenio y disminuir asimismo el número de usuarios remitidos desde los servicios de Asistencia Primaria, no es cantidad baladí para el presupuesto de una sanidad contra las cuerdas y que, con priorizaciones más que dudosas, ha seguido pagando grapas mientras reducía camas en las UCI, cerraba por las tardes los centros de salud o permitía unas listas de espera en límites intolerables. Por el contrario la Fundación, y a tenor de sus cálculos, ha ahorrado en estos años a la comunidad 42 millones y el dato, de ser verificable, cuestionaría sin duda la presente rescisión.

Pero la opinión, para tener fundamento, precisa de análisis. Para empezar, el doctor Francisco Kovaks (cónsul de Hungría a mayor gloria, según he leído), cuyo padre trató al anterior monarca que es presidente honorífico de la Fundación en cuestión, cuenta además en la junta directiva, entre otros destacados miembros (ministro de Sanidad, presidente nacional de la OMC...), con numerosos nobles: príncipe Tchokotoua, condesa de Fenosa, duque de Soria... Con tales mimbres, extraña que sólo consiguiera hasta aquí financiación en las comunidades de Asturias y Balears. ¿El motivo? Pues a lo que parece, las presiones desde las alturas, de haberlas, no consiguieron modificar el criterio de las comisiones nacionales de neurocirugía y neurología que, en 2002, consideraron que las grapas para los dolores de cuello o espalda no eran sino medicina alternativa "falta de evidencia científica". Como la auriculoterapia o el reiki, para entendernos, y sin que pueda descartarse un efecto placebo.

El negativo dictamen, en el que se basó el Sistema Nacional de Salud y la mayoría de autonomías para excluir dicha práctica de sus opciones terapéuticas, respondería, según el presidente de la Fundación, "a oscuros intereses" y, en ese pulso con la "medicina ortodoxa", no ha permanecido inactiva: incorporó como miembros de su junta a los presidentes de las comunidades más permisivas (en Balears, desde Antich a Bauzà y lo intentó sin éxito con Armengol), inspiró declaraciones de políticos tan permeables como ignorantes respecto al tema Nuria Riera (PP) afirmaba en 2013 que con las grapas se reducían en un 98% las pruebas diagnósticas lo que, por otra parte, dice poco sobre la bondad del procedimiento e incluso auspició que, por lo menos en una ocasión, el contrato que la vinculaba con la sanidad pública no siguiera el cauce legal establecido (informe del Consell Consultiu, en abril de 2014).

En paralelo, colaboradores de la Fundación han venido publicando artículos, entre otras revistas, en la Red Española de Investigadores de Dolencias de la Espalda (REIDE), vinculada a la propia Fundación y en consecuencia de objetividad cuestionable. Esa terapia "eficaz, efectiva y eficiente", en palabras de médicos que la avalan y cobran de la misma, no se ha comparado en ningún ensayo de fase III, hasta donde conozco, con técnicas de demostrado beneficio cual podría ser la radiofrecuencia. La ausencia de parámetros evaluables por otros que los directamente beneficiados es el principal talón de Aquiles de la Fundación que, por sobre estas consideraciones, no tiene empacho en utilizar otros recursos para afianzarse, desacreditando a quienes considera competidores. Así, acusó en su día a los traumatólogos del hospital Son Dureta de "falta de actualización de sus conocimientos", y afirmó asimismo que el 30% de las resonancias lumbares que se ordenan en España no tienen utilidad (estudio financiado por la propia Fundación). Por completar su estrategia, algunos de sus miembros eran o fueron después empleados de IBSALUT, con lo que los informes que emitían sobre la idoneidad de las grapas o la conveniencia de proseguir la colaboración, serían cuando menos de valor dudoso.

De todo lo anterior podría deducirse que el fin del convenio es lo más oportuno, aunque aceptaré, cómo no, que se discrepe de una opinión que diría basada en la verdad o, al menos / mi verdad / y después / deja que cualquier cosa ocurra: / que te tumben a pedradas la puerta... Así decía el poeta Herberto Padilla, aunque en este caso no haya temor alguno. No son los modos de la Fundación y, por sobre ello, dispongo de sólida puerta.

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