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Llorenç Riera

Las secuelas del parking hospitalario

La sanidad balear padece algunas dolencias añadidas a sus males intrínsecos. Una de ellas es el parking de Son Espases, un modelo de gestión y de concesión prácticamente imposible de justificar desde la óptica de la buena salud del quehacer administrativo y la atención a usuarios y trabajadores del hospital. El parking de Son Espases es un negocio cargado sobre la espalda de quienes tienen la necesidad inexcusable de acudir a este centro sanitario. Que se sepa, la escena y tal oportunismo sólo se repite en Can Misses de Eivissa.

De entrada, Son Espases es un peaje. No hay más opción. Dado que las distancias y el tráfico no aconsejan aproximarse al macro hospital de forma peatonal y que quien necesita asistencia o ingreso sanitario no está para excesos físicos, la presa era fácil. Jaume Matas y Florentino Pérez nunca hallarán la lucidez necesaria para explicar de modo convincente el parking de pago obligado en Son Espases. Sólo la del oportunismo económico sin posibilidad de alternativa o competencia en los aledaños. No puede extrañar por tanto que desde que se comenzó a cobrar, el 22 de agosto de 2012, se hayan sucedido las protestas de todo tipo.

Obligado y caro, este es el ticket inesquivable que no hay modo de aniquilar para quien se ve en la necesidad de permanecer largo tiempo en Son Espases, por ejemplo, acompañando a un familiar. Es un recargo económico sobre la dolencia sobrevenida. El Govern mantiene el compromiso de alcanzar la gratuidad del estacionamiento en esta legislatura, lo cual, de conseguirse, mucho nos tememos que sólo significará cambio en la forma de abono. Se pasará del desembolso inmediato al impuesto indirecto. El Govern lo pagará de un plumazo, en forma de rescate de la concesión, en nombre de todos. Eso, si algún día llega a disponer de los 26 millones necesarios para ello, incluyendo Son Espases y Can Misses.

De momento, se intenta contentar al personal con una rebaja. La consellera de Salud, Patricia Gómez, anuncia una rebaja inmediata del 24% para este inusual estacionamiento sanitario. El 1,60 euros a la hora quedará en 1,22. Las 2.326 plazas de Son Espases 930 reservadas al personal y 1.396 de pago suponen una facturación anual de 2,5 millones. No será fácil erradicar de raíz el mal de esta enfermedad suplementaria.

Todo se vuelve más injustificable desde el momento en que el gravamen pesa sobre las clases populares, sobre quienes tienen la imperiosa necesidad de acudir a un hospital público. El panorama sería notablemente diferente en el caso de que se hubieran habilitado parkings alternativos o complementarios y en el supuesto de que el transporte público fuera amplio y suficiente.

La situación del estacionamiento de Son Espases es un envite a seguir pensando que el buen servicio público, no era el objetivo preferente cuando se construyó. El descuento de hoy es un parche, una medida de entretenimiento que debe acabar en una solución más definitiva.

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