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Llorenç Riera

Jardines de afinidad con la monarquía

Son tiempos de revisión en casi todo y la Monarquía como institución representativa de la jefatura del Estado no queda exenta de ello. Mucho más cuando ha cambiado su titular y la composición de los parlamentos democráticos también se ha modificado según voluntad de los electores.

Dentro de estas nuevas tendencias de comportamiento institucional y social, las sedes y residencias del monarca y su familia también están en revisión, incluyendo un Palacio de Marivent que siempre ha permanecido en el punto de mira, por motivos diferentes, pero vinculados en todo momento, primero a Juan Carlos I y ahora a Felipe VI.

La residencia estival de los reyes en Mallorca ha sido un permanente foco de atención internacional desde el instante en que la antigua Diputación decidiera cederla para uso vacacional del jefe del Estado. Mandatarios del máximo nivel han pasado desde entonces por ella y la misma estancia vacacional de los reyes ha repercutido en inmejorable promoción de Mallorca en todos los órdenes. Pero por el camino también ha habido pleitos con la familia del creador del palacio, Juan de Saridakis, a cuenta de la titularidad del mobiliario y, modernamente, una polémica variable sobre el acceso a este lugar cedido por su primer propietario para disfrute público.

El actual pacto de gobierno entre PSOE, Més y Podemos, ha adquirido el compromiso de abrir los jardines de Marivent a la ciudadanía. Es una iniciativa peliaguda que comporta avenencia con la Casa del Rey y voluntad del propio monarca. Parece, sin embargo, que se está dando con el punto de equilibrio necesario para contentar a todos, salvaguardando, por supuesto, la intimidad y privacidad de Felipe VI y su familia.

A preguntas del diputado de Podemos, Baltasar Picornell, el portavoz del Govern, Marc Pons, desveló ayer que las negociaciones van por buen camino y que existe una buena predisposición por parte de La Zarzuela, con lo cual se confía en poder abrir al público los jardines de Marivent "a lo largo de 2016". Se da por sobreentendido que será en un periodo en que la residencia no esté ocupada por parte de quienes disponen de su cesión.

El entorno de Marivent se transforma de este modo, entre lo real y lo figurativo, en marco ideal de reencuentro entre Monarquía y pueblo, que buena falta hace a las dos partes. Tiene aún un significado muy peculiar cuando la apertura pública de los jardines de palacio prácticamente coincidirá en el tiempo con la misma época en la que, también en Mallorca, se juzga a una hermana del rey por presunto fraude fiscal y a su cuñado por un catálogo más grueso de delitos. Pero conviene delimitar y separar con claridad lo uno de lo otro, porque la madurez democrática y la imprescindible separación de intereses y poderes no puede quedar condicionada por estos trances. Felipe VI tiene un talante personal diferente y los ciudadanos lo contemplan y valoran desde la actitud que refleja y demuestra.

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