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Llorenç Riera

Un tren de disgustos y sobresaltos

Un conductor muere al ser arrollado su coche en un paso a nivel cerca de la estación de Verge de Lluc. Testigos del siniestro afirman que la barrera estaba levantada. El Govern dice que no tiene información de lo ocurrido

na sola línea con matriz en Palma y bifurcada desde l´Enllaç -S´Empalme le siguen llamando los viejos del lugar- tanto en su sistema motor de gasóleo y electricidad como en sus extensiones hasta Sa Pobla y Manacor. Este es el recorrido ferroviario público de Mallorca. A la vista de su sencillez, del trazado y de los parajes por los que transcurre, debería ser, salvo excepciones muy contadas, un tránsito cómodo en el que convivieran la necesidad de transporte de los residentes con el ocio turístico de los visitantes.

Sin embargo, no es así. La historia moderna del tren en Mallorca es, en buena medida, una sucesión de descarrilamientos entre carencias del servicio, sustos y desgracias irreversibles. Como la de ayer. No debe ser tan complicado gestionar una sola línea de tren y sus ramificaciones. En el resto de España y el mundo existen nudos ferroviarios mucho más complejos capaces de competir con la precisión de un reloj y entregarse a la rutina de la puntualidad. Si todos los sistemas ferroviarios se asemejaran al de Mallorca, los vagones estarían oxidados en vía muerta desde mucho tiempo atrás. Subirse a un convoy del Servei Ferroviari de Mallorca es casi un acto de militancia, una declaración de principios sobre la conveniencia y necesidad del transporte público antes que una opción por la comodidad, la economía y la utilidad.

Ayer volvió a producirse un accidente de consecuencias fatales. Un conductor de 79 años murió al ser arrollado su vehículo por el tren en un paso a nivel cerca de la estación de Verge de Lluc. Testigos presenciales del siniestro aseguran que la barrera estaba levantada y que esta grave anomalía o la inversa, barreras bajadas cuando no se aproxima el tren, no es la primera vez que ocurre en este lugar y otros de las mismas características. Un hombre muerto, servicio interrumpido durante dos horas, problemas para usuarios derivados a transportes alternativos y el Govern admitiendo que no sabe qué pasó. Amargo y desconcertante balance para un 12 de noviembre, otra fecha que deberá escribirse en negro en el recorrido del tren en Mallorca. En los tiempos que corren ya no tiene sentido alguno que todavía existen pasos a nivel. En la España del AVE peninsular exportable debe garantizarse un tren insular de proximidad seguro, útil y rápido. Existe tecnología de sobra para ello.

Pero aquí, entre la ineficacia y la desidia de unos, la falta de recursos de otros, los convenios ferroviarios que no se respetan ni proveen en Madrid, las barreras que no bajan y las señales de stop que no se respetan, los trenes serpentean como pueden y descarrilan y se accidentan mucho más de lo aceptable. La recuperación del tren de Sa Pobla y Manacor se cuenta y mide por los percances sufridos. Desde que una locomotora se empotró en la misma estación poblera en 2002 ha habido dos descarrilamientos con heridos entre Petra y Sineu, en 2004 y 2010, aparte de otros accidentes o irrupciones puntuales en la vía. No se puede expulsar de esta forma a los pasajeros de los trenes.

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