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La traición al programa

La Vanguardia, en un buen editorial que redime al periódico de anteriores vacilaciones, confrontaba ayer a Artur Mas con los cambios programáticos que la lista de Junts pel Sí ha introducido para conseguir el apoyo de las CUP. La propuesta sometida a la votación el 27S -escribe el editorialista- no incluía "el veloz advenimiento de la ´republica catalana´, expresión voluntariamente ignorada en el programa"€ "De haber incluido la resolución aprobada ayer en el programa -sigue diciendo el rotativo-, Junts pel Sí estaría hoy quizás por debajo de los sesenta diputados. El 27 de septiembre, la sociedad catalana no votó mayoritariamente ruptura exprés. Si el Parlament no interpreta correctamente esta realidad de fondo, podemos estar en puertas de una colisión nefasta para la autonomía de Cataluña tal como hasta hoy la hemos conocido".

Todo vale, a juicio de Artur Mas, para conseguir la independencia. Tanto es así que ni siquiera la corrupción parece tener peso alguno en la situación del Principado, todavía estremecido por el descubrimiento de que el patriarca era en realidad el padrino de un clan mafioso de recaudación de fondos (y el propio Artur Mas era en aquel entonces el hombre de confianza de la familia). Ni una mención al 3% ha salido de los labios de quien, con este historial a cuestas, pretende ahora que le vote la extrema izquierda. La traición al programa no es más que una vertiente del delirio que se ha puesto en marcha, y que, según algunos indicios cada vez más elocuentes, está a punto de estrellarse contra el muro de las convicciones democráticas y del sentido común.

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