A falta de seis semanas para las elecciones generales y pese a la volatilidad del escenario actual (donde lo único seguro parece ser el fin de la mayoría absoluta del PP), sí pueden aventurarse posibles alianzas partidistas en función de lo que pronostican los sondeos.
En ese sentido, la mayoría de ellos vuelve a conceder una corta victoria del PP (con alrededor del 28% de los votos, muy lejos del 44% de 2011), así como una creciente disputa en el segundo puesto entre el PSOE de Pedro Sánchez y los Ciudadanos del "emergente" Albert Rivera. Mientras, quién lideraba hace un año, Podemos, lucha desesperadamente por remontar unos apoyos que se han reducido a la mitad (14%).
Dado que la mayoría absoluta es de 176 escaños, con estas tendencias solo podría articularse una coalición entre PP y Ciudadanos (no tan fácil como podría resultar por afinidad ideológica, ya que el partido de Rivera podría ser exigente en términos de corrupción con los primeros, si acaban ganando) o un gran acuerdo entre PP y PSOE (más probable si los socialistas quedan terceros, por detrás de Ciudadanos).
Matemáticamente, también sería factible una coalición entre PSOE y Ciudadanos, con el apoyo pasivo de Podemos (que podría verse obligado a aceptar, para no ser acusados de permitir un gobierno dirigido por los "populares"). No obstante, ante los retos que deberán afrontarse en la próxima legislatura (crecimiento ralentizado, reforma laboral y de pensiones, reducción del déficit público, encauzamiento del "problema catalán"), parece difícil que pueda mantenerse una mínima cohesión entre dichas formaciones que sea duradera en el tiempo. Así que, tras las Navidades, es probable que haya que esperar algunas semanas con un Gobierno en funciones, hasta que dé paso al nuevo surgido de las urnas.
