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Llorenç Riera

El lado amable de la precariedad laboral

Queda fijada la capacidad del techo alcanzable y el nivel de mejoría posible en cuanto a generación y estabilidad de empleo. La Encuesta de Población Activa (EPA) acaba de certificar los datos.

En el momento más oportuno para ello, cuando los hoteles y alquileres turísticos están a rebosar, en el tercer trimestre del año, Balears logra un descenso interanual de paro del 11,4% y se sitúa en una tasa que sólo logran mejorar Navarra, País Vasco y La Rioja.

Pero ello es aún a todas luces insuficiente porque mantiene a 89.500 residentes sin trabajo, de los cuales prácticamente la mitad, 40.200, lo son de larga duración y además, según se desvela en la propia EPA, también arrastran el hándicap de la escasa formación.

La evidente mejoría alcanzada resulta bastante engañosa porque desvía la mirada de males mayores. El propio conseller Negueruela llamó la atención ayer sobre el gran número de isleños sin trabajo que no perciben ningún tipo de ayuda. Falla el sistema de protección social a la par que lo hacen también las políticas activas de generación de empleo y la capacidad de autoregeneración laboral de un sistema económico, bastante autóctono en Balears, que se conforma con una ligera mejoría dentro de la gravedad. El conseller de Trabajo también reprochó al Govern precedente que se hubiera abandonado el plan de garantía de empleo juvenil. Ahora se añoran los efectos positivos que hubiera podido causar.

Los sindicatos reconocen la mejoría obtenida pero no dejan de manifestar su preocupación por una elevada temporalidad que sigue condicionando demasiadas cosas. Desvelan un dato tan significativo como preocupante: más de 70.000 trabajadores de este archipiélago, dentro de un colectivo de 555.300, sólo consiguen ingresar 8.000 euros al año. Eso cuando, en el esfuerzo de destacar aspectos positivos, se puede hacer mención a los 22.600 empleos nuevos creados con respecto a 2014.

Debermos conformarnos pues con los males menores o un tanto diluídos. Con la tasa de paro del 13,8% porque la media española es considerablemente superior con un 21,1%.

También se han incrementado los contratos a tiempo completo. Parece ser que la campaña de inspecciones aplicadas no es ajena a esta mejoría. Por lo menos esto es lo que insinúa el conseller Negueruela. Todos los sectores se benefician de unos avances que todavía están muy lejos de una situación previa a la crisis y que nunca recuperará la bonanza conocida entonces. Otro de los alivios aportados por la EPA está en el descenso de las familias que tienen a todos sus componentes en paro. Bajan de las 27.000 hasta las 20.600. Es una radiografía que se repite en los últimos análisis: ligeras mejorías que aportan resignación pero no logran satisfacer a la necesidad real.

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