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Cuaderna

Cataluña: Por quién doblan las campanas

Ernest Hemingway en 1940 publicó la obra Por quién doblan las campañas, referida a la importante ofensiva que iban a desplegar las fuerzas republicanas para parar los pies a las fuerzas nacionales en su avance hacia Cataluña. Se trataba de que Robert Jordan, americano, enrolado en las brigadas internacionales hiciera volar un puente clave para la comunicación.

Hoy, 75 años después de esta magna obra, parece que alguien pretende hacer volar todos los puentes de conexión entre Cataluña y el resto de España. La diferencia está en que hay personajes que quieren emular a Robert Jordan, tanto en la España presuntamente Constitucional, como en la Cataluña presuntamente independentista.

No se asusten, no es que estemos al borde de una Guerra Civil, en la que los bandos se alternan entre buenos y malos, en función de quién cuente la historia. Si estamos ante un enfrentamiento entre hermanos, que una vez celebradas las elecciones catalanas el pasado 27-S, a fracturado a la sociedad civil, de Cataluña en particular y de España en general, en dos grupos en principio irreconciliables, los separatistas (independentistas) y los españolistas (constitucionalistas).

Espero y deseo que los responsables políticos estén a la altura de las circunstancias y se pongan a trabajar para reconstruir los puentes derribados, reparar las vías de diálogo deterioradas y así alcanzar, todos juntos, el ágora de la convivencia, la paz social y el reconocimiento al valor supremo e incuestionable de la unidad de España. Eso sí, dentro del respecto a las peculiaridades de la nacionalidades y regiones que la componen, tal como nos señala el artículo 2 de nuestra CartaMagna.

Para ello hará falta una gran dosis de generosidad, sentido común, pragmatismo y patriotismo leal. Hará falta arrinconar sentimientos y emociones para abrazar la inteligencia de la razón, como fuente de análisis y única vía posible para diseñar la hoja de ruta que conduzca a Cataluña y a España, a España y Cataluña, a abrazar un proyecto común de progreso y libertad.

De nada servirá enzarzarnos en la búsqueda de culpables en relación a la situación creada en Cataluña y en España, como consecuencia de los desencuentros entre soberanistas y constitucionalistas. De nada servirá escribir la historia del porqué hemos llegado a esta situación; pues está historia dependerá de quién la recite o la escriba, y nunca será objetiva. De nada servirá mantener el pulso de unos contra otros.

De lo que se trata, ya lo hemos dicho, es de diseñar un camino común, en el cual todos podamos transitar, como lo hemos venido haciendo en estos cuarenta años de democracia plena. De lo que se trata es de diseñar un nuevo tiempo para España y por tanto para Cataluña. Por que Cataluña es España, y España es Cataluña.

De lo que se trata es de construir puentes de diálogo en el marco de la ley, única vía posible en un Estado democrático y de Derecho. De lo que se trata es de llegar a acuerdos, estableciendo objetivos comunes y acometer la necesaria reforma constitucional adaptándola, no a Cataluña en particular, a los nuevos tiempos que nos marca el siglo XXI. De lo que se trata es que los gobiernos de España y Cataluña trabajen juntos desde la lealtad constitucional. De lo que se trata es que en esta ocasión las campanas doblen para celebrar la concordia, la unidad y el acuerdo entre todos los españoles, como muestra de júbilo. De lo que se trata es de enmudecer la sinfonía de las campanas para que no doblen anunciando enfrentamiento, división y odio. Que así sea. Amén.

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