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Venganza cochina

Eso de que todo el mundo se entere de que has tenido sexo oral con un cerdo muerto, incluida tu familia, no debe dar mucho gusto. Si encima desvelan que has consumido porros y cocaína, te has pillado cogorzas de campeonato tras las cuales te has dedicado a destrozar restaurantes y, junto a otros niños ricos, has menospreciado a los de clase más baja, lo normal es que te refugies en un monasterio y te dediques a la vida contemplativa hasta el fin de tus días. Eso, o que pases de todo, que es lo que al parecer está haciendo el primer ministro británico, David Cameron, ante los ataques de que está siendo objeto por parte de Lord Ashcroft, un magnate, en otros tiempos amigo suyo, que, despechado después de que Cameron incumpliera su promesa de hacerlo ministro tras haber donado más de 10 millones de euros al Partido Conservador, ha decidido tirar de la manta y escribir el libro Llámame Dave, una malévola biografía del líder conservador que aún no ha salido a la venta pero de la que se han desvelado algunos de sus pasajes más jugosos, como el del cerdo en cuya boca Cameron, cuando era joven, habría introducido "una parte muy privada de su anatomía" para que lo admitieran en uno de esos decadentes clubes estudiantiles a los que tan aficionados parecen ser los universitarios anglosajones. Y yo preocupada por si se difundía la juerga de la nochevieja del 84 cuando me subí a bailar en la barra del pub en mi pueblo...

Menos mal que las supuestas travesuras del primer ministro ocurrieron hace años cuando no había móviles con cámaras ni redes sociales a las que subir gamberradas; si no, posiblemente Lord Ashcroft no habría tenido de quien vengarse porque Cameron jamás habría llegado tan alto. De todas formas, y aunque hasta ahora el líder conservador ha dado la callada por respuesta ante la puñalada trapera de su examigo, puede que no salga de rositas porque dicen un viejo compañero de Cameron tendría una imagen del momentazo necrófilo o zoófilo, o como diablos se llame hacerlo con un cerdo muerto. La foto de Cameron con el animal, de momento no ha visto la luz, lo que es de agradecer por la salud mental de los ingleses. Y es que, sólo puede haber una imagen más perturbadora, y es que el cerdo hubiera estado vivo.

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