Diario de Mallorca

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Olvida Aznar, tan crítico con sus epígonos incluso con el epígono que él situó a dedo al frente del partido, que la condescendencia con el nacionalismo felón que ahora pretende la secesión de Cataluña comenzó con él mismo: la firma del generoso pacto del Majestic, que incluía la transferencia del 33% del IRPF y de una gran cesta de impuestos, le permitió gobernar en 1996. Es curiosa la foto del evento, en la que, además del propio Aznar y de Pujol, están Rodrigo Rato y Artur Mas. Curiosa instantánea. Olvida Aznar que la corrupción que han debido soportar sus epígonos proviene toda ella de su propio establishment. Los Blesa compañero de pupitre, Correa, Bárcenas, Rato, etc. son todos de su época, y como sus amigos aparecen en el revelador relato de la boda escurialense de su hija. Olvida Rajoy que la burbuja inmobiliaria que tan gravísimos quebrantos nos ha generado fue consecuencia de una legislación del Suelo promulgada durante su etapa presidencial. Infortunadamente, Rodríguez Zapatero, que la heredó, no se atrevió a cortar de un tajo aquella espiral delirante que al derrumbarse dejó en herencia varios millones de parados. Olvida por último Aznar que tras los tentados del 11M su gobierno lanzó la tesis falsaria de que había sido ETA para minimizar daños electorales. ¿Con qué autoridad puede irrumpir ahora Aznar en la vida pública española a dar lecciones de buen gobierno?

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