Ciertamente es un despropósito el debate al que Biel Barceló ha abocado al sector turístico balear, mejor dicho, a toda la sociedad balear, aquella que es consciente de la importancia del turismo para nuestra economía, para nuestro modus vivendi, aquí en las islas.

No entiendo como un responsable político de cierto nivel, vicepresidente, ahí es nada, puede afirmar que la "tasa turística" se aplicará en 2016? con consenso o sin él, con ayuda o sin ella? Si esta es la capacidad de diálogo del Govern? Estamos apañados: sectarismo, cerrazón y radicalidad. Y aún me preocupa más un hecho para mí muy significativo: según el Govern tendremos ecotasa sin saber quién recauda, cómo recauda, quién paga y quién decide la finalidad de lo recaudado. Es decir, tenemos ecotasa como quién tiene un cheque en blanco al portador? No, por supuesto que no, nadie con cierto sentido común, puede apoyar una iniciativa de la que apenas conoces los detalles, nadie y no sólo los hoteleros puede ser obligado a realizar un acto de fe en este Govern de izquierdas que ya fracasó una vez con la ecotasa. Repetir las equivocaciones cometidas es propio de la naturaleza humana, es más, está en el ADN de la izquierda, de la radical, de la que no aprende de los errores del pasado, de sus propios errores. Lo que sabemos, de momento, es que quieren calcar, punto por punto, lo que hicieron ya antes mal, muy mal.

Note, apreciado lector, que a estas alturas de artículo, quien suscribe aún no se ha posicionado a favor o en contra de la mal denominada ecotasa, que en realidad acabará siendo un impuesto sobre estancias hoteleras parece ser. Y no lo hago porque me es muy difícil opinar sobre algo que no conozco: cuando me expliquen al detalle, cómo recaudarla, qué importes, quienes la pagarán, qué gravará, y quien participará su destino (caja única o finalista), quizás luego, y sólo quizás, pueda de verdad, dar una opinión argumentada. Mientras tanto, señor vicepresidente, mejor callado, mejor evite enfrentamientos gratuitos, que solo crispan y no aportan nada, que ya han provocado precipitados titulares en medios de los principales mercados emisores en donde no se nos ha tildado precisamente de serios.

El pacto de izquierdas fracasó ya una vez con la ecotasa, Armengol y Barceló, ambos, presentes, y no aprenden. El razonamiento de que cualquier innovación que acumule pegas, impuestos, trabas administrativas o costes adicionales a nuestra oferta turística es negativo por definición, es irrefutable. Tanto a nivel estatal como autonómico. Por supuesto que restará competitividad a nuestras empresas. Como la restan todos los impuesto que gravan cualquier actividad? y ahí está, para mí uno de los nudos gordianos de la cuestión : nula capacidad del Govern para implicar al sector afectado. El problema no es que haya impuestos, sino si dichos impuestos sirven para mejorar nuestra calidad de vida. Si son necesarios, aconsejables y en definitiva, aportan más que no restan. Es decir, ¿servirá el impuesto sobre estancias hoteleras para mejorar el marco en que desarrolla su actividad el sector turístico balear? Pues? explíquenlo y denle papel protagonista al sector a la hora de invertir.

Desde luego, mi posición personal, en este estado de cosas, es contraria a la ecotasa. Falta mucho por explicar y concretar. Desde el conservadurismo en lo económico, liberal en lo social, me niego a aceptar trabas experimentales al mercado, cualquier traba, excepto que se me explique muy bien, su finalidad, su mecanismo, su beneficio en definitiva, para el sector, para la sociedad.

Si, por supuesto, la consecuencia lógica, razonable de todo ello, es que si se instrumenta un impuesto que de verdad ayude a costear el impacto de nuestros catorce millones de visitantes en nuestras infraestructuras, de mejorar el entorno vital de todo, que es al fin y al cabo el marco, el terreno de juego, del negocio turístico, que quien lo recaude participe en su gestión y sea compensado en sus costes, que la inversión realizada sea finalista y controlada por los propios interesados? es posible, probable, que mi opinión, y la otras individuos, asociaciones, públicos, privados, pero con capacidad crítica y de reflexión, también cambie. Al fin y al cabo, el signo de los tiempos es el que es, y pretender defender exclusivamente posiciones gremiales no conduce a nada.

En definitiva, tal cual está planteada hoy la ecotasa, no puedo más que estar en contra. Otra cosa podría ser, debidamente explicada y planteada, mi pronunciamiento consecuencia de esos argumentos.

* Diputado nacional y portavoz del PP balear