Para presumir de tipo duro, le suelto que "Mallorca es una enfermedad, que contraen con igual vehemencia los internos o los volátiles". Y Ella me replica:
-Si solo fuera una.
Pisotear la isla hasta que hablen las piedras es un vicio universal, al que sucumben anualmente millones de turistas. De ahí el alcance de la primera sentencia judicial que neutraliza este abuso pedestre. El Tribunal Superior ha vedado una porción de Mallorca a los seres humanos de a pie, al clausurar para los peatones el camino de Ternelles, la propiedad de la familia March o de la familia, punto. A fin de preservar el "valor ecológico y medioambiental", los magistrados concluyen que "la posibilidad de que el público en general pueda acceder a la playa de es Castell, para actividades lúdicas y de recreo, deviene un uso prohibido".
Un momento, la expulsión del paraíso afecta al "público en general". ¿Qué hay del "público en particular"? De los dueños y de sus invitados en Ternelles, de los yates que abusan del litoral so pretexto del romanticismo marinero en las zonas de "uso prohibido" para peatones. Hasta en la destrucción del paisaje, todavía hay clases. El ayuntamiento de Pollença debe contratar un dron por suscripción popular y, si los propietarios retozan accidentalmente en es Castell, imponerles una sanción económica que les obligue a subastar el picasso que tienen en la cocina.
"No hollarás Ternelles", ordena el undécimo mandamiento judicial. Las zonas privadas del "disfrute recreativo del mar" se convierten en el cuerno del rinoceronte mallorquín, el último panda luliano, el myotragus Cecil. La magistrada ponente declaró compatible a Bauzá con la explotación de su farmacia, pero decreta incompatibles a los mallorquines con el litoral de la isla en la que se vieron obligados a nacer. Pues bien, y aquí llega el twist in the tale o giro diabólico, estoy absolutamente a favor de que se prohíba la libre circulación del máximo depredador por tierras y aguas de Mallorca. Hay que concentrar a todos los indígenas y turistas en mi vertiente de la Vía de Cintura, hasta que se regenere el resto de la isla enferma.
