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Cuaderna

PP: Nuestro futuro

El PP de Balears ha puesto en marcha una serie de encuentros abiertos con afiliados y simpatizantes para debatir las líneas de la formación hasta el próximo congreso. Lo hace estableciendo cuatro foros, a saber: la acción política centrada en las personas; el refuerzo de la presencia del partido en la sociedad; la democracia interna como centro de la acción política y nuevas maneras de ejercer la oposición. Nada que objetar en cuanto al contenido. Del título de las mismas se infiere que esto es lo que ha perdido el partido en estos últimos años.

En cuanto a que el alcance de estos foros sea para llegar al congreso regional me parece poco ambicioso y carente de realismo, ya que el enunciado de los foros antes mencionado trasciende la temporalidad de un proceso congresual.

Así las cosas, creo que el PP de Balears lo que necesita es reflexionar sobre lo que entendemos por democracia interna. Son muchas las definiciones, pero yo me quedo con aquella que la entiende como el asentamiento de la libertad y ésta se fundamenta, en su razón crítica, en nuestras convicciones individuales y colectivas como militantes y partido; en el respeto a todos los afiliados y simpatizantes y a la propia identidad como partido que lucha para procurar el bien común. No olvidemos nunca que la democracia es el fruto de la libertad, porque sin libertad no hay democracia posible.

Es de esta actitud de defensa de la libertad como podremos reanimar a nuestro partido dotándolo de un espíritu con alma propia y conciencia crítica. Se trata de pilotar un nuevo proyecto para el PP de Balears, y para ello necesitamos hacer autocrítica, que no flagelación, para transformar la actual estructura de poder hacia un nuevo proyecto de reforma, que no de ruptura. Debemos convertirnos en auténticos patriotas de nuestras esencias fundacionales y recuperar el espíritu refundacional de Sevilla. Sólo así conquistaremos un nuevo futuro para el partido, recuperaremos nuestra propia identidad de formación política de centro derecha y regionalista, integrados en un proyecto nacional y de Estado, con capacidad para ofrecer a la ciudadanía ilusión, confianza y credibilidad.

No podemos olvidar que en democracia, y para un partido democrático como el nuestro, el poder siempre es otorgado por la ciudadanía. Ello implica no olvidar que nuestro partido, el poder de sus dirigentes, debe ser otorgado por afiliados y simpatizantes, y no por componendas, familias o clanes. Para ello debe existir un compromiso, no sería menester recordarlo, de todos los dirigentes, para que una vez elegidos democráticamente con participación de todos, tengan el deber de responder siempre de su labor ante las bases del partido.

Nos hace falta una voluntad reformista capaz de clausurar el período oscuro de sequía participativa que hemos vivido en el seno del PP. Lo debemos hacer con moderación, diálogo y compromiso político de regeneración capaz de conseguir el objetivo de reconstruir nuestro partido como principal fuerza política de Balears. Por ello reitero, una vez más, que es necesario potenciar el pluralismo interno y el debate de las ideas, fijándonos una meta común para ganar las próximas elecciones.

El partido debe convertirse en centro de entendimiento entre las diversas sensibilidades y así armonizar un proyecto común sin apriorismos, sin componendas ni banderías. Debemos ser capaces de ilusionar de nuevo a nuestros militantes y afiliados si queremos ilusionar después a nuestros votantes. Y por qué no, con la ambición de conseguir adhesiones de ciudadanos que aún no siendo ni sintiéndose del PP crean que éste es el partido de la estabilidad y del progreso. Ello se consigue dejando atrás la alteración de las reglas del juego democrático interno que hemos padecido durante los últimos años.

El PP de Balears, en su nueva andadura, debe arrinconar las prácticas de uso indebido de mayorías absolutas, de patrimonialización del poder por parte del dirigente de turno que ignora a las bases, del sectarismo de ciertos nombramientos, muchas veces guiados más por filias y fobias que por los valores de capacidad, mérito y experiencia. Debe desaparecer el miedo interno que anula la capacidad crítica y analítica de quien tiene aspiraciones en política, se esté en el poder o en la oposición, y no utilizar los resortes del partido para mantenerse en el machito de un cargo? En pocas palabras, hay que dejar atrás cualquier tipo de mesianismo revestido de despotismo ilustrado, sin dar explicaciones de la acción política que se desarrolla y sin aceptar crítica alguna.

Sólo si hacemos esto podremos recuperar la credibilidad como formación política mayoritaria en Balears, ya que las consecuencias de la etapa oscura antes descrita ya las conocemos: catástrofe electoral, división del partido, bajas y fugas de militantes cualificados, desilusión colectiva y, lo que es más grave, horizonte oscuro y sin línea definitoria. Y para que nadie tenga dudas, es del todo perverso querer culpar de todos los errores cometidos en estos últimos años a un solo hombre, a un solo dirigente. Lo he manifestado en multitud de ocasiones, todos somos corresponsables, unos por acción y otros por omisión, unos por comodidad y otros por miedo, pero al fin y a la postre todos somos responsables de la situación actual del partido.

Es de este breve e improvisado análisis que manifiesto mi voluntad de seguir trabajando por y para el PP de Balears, porque creo en él, creo en las personas, creo en la libertad, siempre ejercida con responsabilidad, y creo en nuestra capacidad de reacción. Porque en esta vida, lo más común es caerse, y lo más difícil es tener la voluntad de superación y levantarse.

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