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Javier Cuervo

Artículos de broma

Javier Cuervo

Tara y carga simbólica

Un sirio que corra cien metros lisos en 9,58 segundos tiene garantizada su entrada y permanencia en Alemania, no porque llegue antes que los que le acompañan por tierra y mar desde hace 3.728 kilómetros sino por igualar el récord de Usain Bolt. Parte del bienvenido cambio de actitud respecto a los refugiados se debe a que Alemania necesita más emigrantes de bajo coste. Por eso no colocan pancartas de bienvenida en balcones de ayuntamientos de ciudades a los que los refugiados no eligen ir sino que pondrán contratos y bolígrafos para firmarlos. Pero sigamos al velocista. Cien metros, 9,5 segundos, se le viste de corto y se le calza de rápido con los colores de la bandera del país. Un gran atleta corre con el peso del simbolismo sin perder una centésima de segundo.

Los futbolistas tienen muchísimas capacidades físicas (correr bastante tiempo, saltar muchas veces, apuntar bien con el cuerpo salvo, las manos, ver y prever, amagar y dar) y anímicas (soportar sus problemas y a una grada que ruge en contra sin que afecten a su alto rendimiento, enfrentarse a las afirmaciones de los periodistas deportivos, las preguntas de los del reporteros del corazón y las interpretaciones de los comentaristas políticos y, cuando parece que todo ha terminado, a los pelmazos del selfie). La carga simbólica, superior a la de cualquier otro deporte, porque el club más modesto tiene tanta como el más grande. Bien lo saben quienes manipulan el fútbol tan bien como se hace en España, donde es deporte y monoteísmo.

¿Qué votan los velocistas? No se les pregunta, no se sabe y, de saberlo, ¿influiría para decidir acerca de cómo debe administrar España o Cataluña? Los electores Josep Guardiola y Gerard Piqué, que juegan y entrenan al fútbol, respectivamente, se han creído su carga simbólica y la ejercen por sí mismos. Vaya crisis: ya no sabe uno qué pensar sobre si Cataluña debe ser independiente o no.

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