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Una idea clara de España

Leo con preocupación que los grandes partidos estatales, PP y PSOE, inquietos ambos por el devenir de Cataluña ante las elecciones del 27S, se imputan mutuamente dudas e incoherencias sobre sus convicciones ideológicas. El Partido Popular, en concreto, acusa a los socialistas de no tener "una idea clara de España".

Al escuchar estas imprecaciones, la preocupación se vuelve sencillamente espanto. Porque uno se pregunta irremediablemente cómo es exactamente la idea clara de España tiene García Albiol, un personaje de una dureza inquietante cuyo mayor mérito ha sido practicar políticas de mano dura con la inmigración durante su etapa como alcalde de Badalona.

El problema de España -lo atestiguan nuestra literatura y nuestra historia- es precisamente su complejidad, tan rica y plena, que sin embargo hace de este país un pozo de contradicciones creativas que hay que resolver para facilitar la convivencia. Así por ejemplo, la mayoría de los habitantes de Cataluña piensan que forman una nación, la catalana, pero no por ello quieren romper con el tronco común de la nación española. Tanto es así que cualquier intento de simplificar España es cercenar su albedrío, su libertad, y abrir otro paréntesis en el gozo fecundo de la vida en común.

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