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Ramón Aguiló

Escrito sin red

Ramón Aguiló

Leer a Ensenyat

Llevamos escasos meses con los nuevos equipos políticos en las administraciones autonómicas y locales y el personaje que está acaparando protagonismo con su facundia es Miquel Ensenyat, independiente en las listas de Més, antiguo alcalde de Esporles y actual presidente del Consell Insular de Mallorca. Hizo referencia a la conveniencia de la importación de basuras desde Menorca para las incineradoras de Son Reus. Con ello comparte la misma filosofía absurda del PP de importar basura extraña para poder eliminar basura propia. Con la diferencia, nada sutil para un independentista como él, de que importarla de Menorca en realidad no es sino un trasvase interno en el seno de los Països Catalans. La basura menorquina es basura propia. Poco después, hizo bueno el estereotipo de nuestra condición de fenicios diciendo que la presencia de FelipeVI en verano, en Marivent, era algo asumible porque beneficiaba nuestra imagen turística. Finalmente, en una entrevista en un diario de difusión nacional, arremetió, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, contra los campesinos extremeños utilizando una desgraciada expresión de Durán Lleida; a consecuencia de la cual se montó una tangana que no veas, con la intervención hasta del mismo presidente extremeño, Fernández Vara, que dijo que gente como Ensenyat sobraba. Armengol se ha distanciado de lo declarado. Biel Barceló, también. Para tratar de reconducir la situación creada, Ensenyat publicó una carta abierta dirigida a Fernández Vara que ha sido calificada por Biel Barceló como "impecable". Ensenyat va camino de convertirse en el mirlo blanco de los que escribimos en los periódicos. No sé de qué material está hecho, pero es material inflamable.

Por su interés, sólo quiero centrarme en su carta abierta, advirtiendo a todos los fans de Ensenyat que no discrepo de la tesis de fondo que él mantiene: que Balears está discriminada por el sistema de financiación autonómica. Y que esto se traduce en precariedades evidentes en los servicios públicos que se prestan en nuestra comunidad, que son absolutamente inaceptables. Otra cosa es que, en base a esta discriminación, parezca razonable plantear una estrategia de secesión, como se hace en Cataluña. Sí, calcada en su motivación a la de la Padania de Bossi. Los nacionalistas catalanes rechazan cualquier comparación porque en su delirio se creen únicos e inmarcesibles, adánicos; y para ellos el tiempo es lineal, no cíclico. Aquí decimos: No hi ha temps que no torn. Sí, discrepo de las formas empleadas y del explícito desdén para con los extremeños. La carta responde a la intención de limitar daños a la vista de las críticas, no solamente del presidente extremeño sino de los socios que le han aupado a la presidencia del Consell.

Dice Ensenyat: "Me gustaría dirigirme a usted para que conozca de primera mano tanto el fondo como los matices de mi intervención, mi manera de pensar y las propuestas que defiendo en calidad de presidente de todos los mallorquines y mallorquinas, entre ellos miles de extremeños emigrados y sus descendientes que han hecho también de Mallorca la tierra de acogida que somos". Llámenme, si quieren, tiquismiquis o pejiguera, pero la forma de hablar y la de escribir define a una persona. "El estilo es el hombre" escribió el ilustrado Buffon. El rigor y la coherencia son indispensables para merecer credibilidad. Puesto que Ensenyat se rinde sin más a los dictados de lo políticamente correcto despreciando la corrección gramática y liderando la estupidez del pleonasmo con el uso del género para los plurales comunes, practicando el halago untuoso, no se entiende que no aplique la lógica para un uso ilógico de la lengua, aunque ésta sea la castellana. Es decir si habla de mallorquines y mallorquinas, ¿por qué sólo habla de extremeños y olvida a las extremeñas en las reiteradas ocasiones en que les menciona? ¿Otro desdén? Hay un momento en el que parece que se da cuenta del olvido y las recupera de forma genial convirtiendo un artículo femenino plural en un pronombre femenino plural de un sustantivo que no aparece en el texto: "Los causantes de esto no son las y los extremeños, ¡sólo faltaría!". Aunque en puro dislate de la corrección política cabría objetarle la postergación reiterada en el orden secuencial de las mallorquinas respecto de los mallorquines: "¿Es consciente de que los mallorquines y mallorquinas somos ciudadanos de cuarta categoría en esta España cada vez menos grande y menos libre?". Repite el dueto de la corrección, inasequible al desgaste de lo absurdo.

El último párrafo es deliciosamente narcisista, Ensenyat, no tiene ningún rubor en atribuirse la condición de dirigente ungido para una misión redentora: "Mientras tanto, tanto usted como yo seguiremos trabajando para que nuestros respectivos pueblos puedan vivir dignamente, haciendo de contrapeso a los que hasta ahora siempre habían ganado, sean grandes terratenientes o grandes hoteleros (sic). Eso sí, usted lo tendrá mucho más fácil, y me gustaría que se acordara de nosotros, los mallorquines y mallorquinas (sic), y de esta anécdota, para que todas y todos (sic) podamos cumplir con éxito nuestro cometido". ¿Por qué privilegia al masculino nosotros y relega el femenino nosotras? No habla de ciudadanos sino de un sujeto político inexistente llamado pueblo. Aprovechando la ocasión, despotrica contra terratenientes y grandes hoteleros que, como sabe todo el mundo, son las reencarnaciones del gran lagarto Godzilla y del conde Drácula en el feérico, maniqueo y pueril mundo demagógico de la izquierda jurásica, ahora nacionalista, para más inri. Parece que se dirige a rapaces de pocas luces. En fin, la prosa de Ensenyat es, por decir algo, confusa, ridícula y profundamente deficiente, lo que puede conducir a preguntarnos sobre cuál es el tipo de personalidad del que se firma al final de la carta como presidente de Mallorca. Pues no señor, también ahí está confundido Ensenyat. En España hay cuatro administraciones superpuestas: municipal, insular o provincial, autonómica y estatal. Pero no tenemos cuatro gobiernos, sólo hay dos que merezcan tal nombre: los controlados por un parlamento. Aquí, en Mallorca solamente tenemos una presidenta, común para todas las islas: Francina Armengol (artículo 152 de la Constitución). Rajoy es presidente del gobierno español, no de los españoles ni de España, que no es república presidencialista. El presidente del Consell Insular de Mallorca no es el presidente de Mallorca ni de los mallorquines (tampoco de las mallorquinas), sólo representa a la institución artículos 34 y 41 de la ley de bases de régimen local). Por mucho que el Estatut d'autonomia confiera por el artículo 61 la representación de cada isla a su Consell Insular, no se la otorga a su presidente el artículo 66 de la misma norma.

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