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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Nos tocan 700 mil turistas

España es un país eminentemente turístico. Salvo otros dos enclaves mundiales, Francia y Estados Unidos, cualquier otra geografía mataría por alcanzar los casi 70 millones que se solazan en el mapa español. Es decir, Mallorca sería un emporio del turismo con la proporción correspondiente que, dada una superficie cien veces menor, equivale a 700 mil visitantes al año. O puestos a exagerar, a un millón o dos. Sin embargo, multiplicamos la cuota territorial por veinte, con lo que el desastre está garantizado. Al acaparar el veinte y no el lógico uno por ciento de la actividad estatal, los turistas se dispersan por toda la isla, eliminan cualquier dato humano que no les corresponda. No es el monocultivo o única actividad económica, sino la única vida posible. Si mira a su alrededor, solo verá a viajeros llegándose y marchándose, desfilando con sus carritos, mirando con la curiosidad de quien solo desea recordar. No pertenecen.

La estampa de fugacidad se repite catorce millones de veces al año. Pese al millón de habitantes estables, otra anomalía que se pagará muy cara en una isla sin capacidad creativa, Mallorca es la isla deshabitada. Un gigantesco delfinario, que renueva a diario su plantilla de espectadores. El cetáceo es usted, los millones se los reparten los hoteleros mientras le arrojan una nutritiva sardina. De paso le amonestan a través de Exceltur, son toscos hasta en la denominación de sus sindicatos, porque se creen "demonizados" por sus mascotas indígenas. Pobrecitos. El Govern de presuntas izquierdas no sale en nuestra defensa. En fin.

Dado que España no reparte nuestra riqueza con nosotros, deberíamos limitarnos en justa contrapartida a albergar tan solo a los 700 mil turistas del fondo de solidaridad interterritorial. Habremos cumplido sobradamente. El decaimiento económico subsiguiente nos mantendría por encima de otras autonomías, cuyos parados cobran más que los trabajadores del parque acuático mallorquín. A cambio, recuperaremos algo parecido a una existencia humana. La economía es una ciencia fácil para quien la domina.

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