Diario de Mallorca

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Aldous Huxley dividía a los pelmas en adherentes y perforantes. Internet, gracias a ese abuso bautizado con el barbarismo de spam, ha logrado que los pelmas progresen hasta reunir ambas condiciones aunque por lo general no presumen de ello y suelen ampararse en el anonimato. En ocasiones, sin embargo, lo evitan: se jactan de su capacidad para dar la lata y por añadidura la adornan de retórica llevada hasta extremos que, si no fuese por la molestia, resultarían incluso jocosos.

Un caballero digamos que suele firmar con las iniciales y el segundo apellido, valenciano de origen pero universal en la vocación de pelmez, inunda de correos electrónicos a una lista de víctimas cuyas direcciones sacará dios sabe de donde acosándoles con la pretensión de que se unan al equipo de sus Expertos (la mayúscula es suya) con mensajes enviados desde oficinas que pueden estar en Grecia o en Madagascar.

En esa empresa apostólica el caballero utiliza referencias como las de Ortega, Guillermo de la Dehesa o Truman para convocar a los asediados. Hace un par de años lo hizo con el fin de promover conversaciones privadas con él siguiendo el calendario propio de un candidato a la presidencia de los Estados Unidos: diecinueve ciudades en menos de un mes. Ahora vuelve a la carga con el reenvío de una carta de Josep Borrell en la que el expresidente del Parlamento europeo y del Instituto Universitario Europeo apoya la candidatura del individuo no se sabe muy bien a qué cargo ni en qué términos pero que por lo visto tiene que ver con la empresa de integrar Cataluña, España y Portugal en un estado-ficción (la figura es suya). Semejante invento quedaría bajo la presidencia de honor de Federico Mayor Zaragoza, prologuista de un libro del inspirado gestor de estados-ficciones que se llama, en un alarde de ingenio, Reypública. El propio Borrell está según parece nominado como presidente de Cataluña en la República; los de España y Portugal no figuran pero me apresuro, sin competencia alguna para hacerlo, a nominar a Torrebruno y a Cassius Clay Muhamad Alí, para los entendidos ya sea de presidentes o de ujieres de postín.

He intentado que se me borrase de la lista de beneficiarios de la sabiduría republicana sin éxito alguno. Le mandé al instigador un correo que no tuvo respuesta pero continúo recibiendo noticias acerca de las iniciativas más peregrinas, siempre con objetivos galácticos por medio. Forma parte de la naturaleza de los pelmas perforantes el persistir en el acoso sin tregua. Y por lo que he podido leer en los comentarios de asediados extranjeros, los más hartos de todos califican al pesado de "spammer horrendo", sugiriendo que se apoye una iniciativa internacional para que sea deportado a Siberia. Mala solución en un mundo globalizado porque es probable que incluso en el círculo polar ártico haya medios suficientes para mantener a los pelmas bien activos en su lucha por la notoriedad.

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