Borja de Riquer, hijo de Martín de Riquer, es catedrático de Historia Contemporánea y acaba de publicar un pobrísimo artículo en La Vanguardia a favor del "proceso" independentista, pidiendo la implicación de "las izquierdas" en él. La argumentación es impropia de un verdadero intelectual, y se resume en la supuesta falta de credibilidad de la izquierda española, poco decidida a colmar "las demandas catalanas". Incluso en la hipótesis de que después de las elecciones generales hubiera una mayoría parlamentaria de izquierdas escribe, "¿podemos creer que esos partidos darían satisfacción, aunque sólo sea a una parte, a las demandas catalanas? ¿Quién cree hoy que el PSOE puede encabezar un regeneración de la vida política española? [?] ¿Los partidos de izquierda españoles estarían dispuestos a incluir en el nuevo texto constitucional una garantía explícita del derecho de autodeterminación de los catalanes y a reconocer que Cataluña es una nación soberana?? Por lo que estamos viendo últimamente, parece que de ninguna manera aceptarían un trato especial para Cataluña".
Sus preguntas tienen fáciles respuestas: al parecer, la "regeneración de la vida política" catalana debe correr a su juicio a cargo CDC, envuelta en innumerables episodios de corrupción y que con tanto interés ha enriquecido hasta la náusea a la familia Pujol, a los Prenafeta, a los Millet y a sus amigos de la burguesía catalana. Y, por supuesto, la izquierda española no va a reconocer derecho de autodeterminación alguno ni a conceder privilegio a ninguna parte de España. La democracia es obra de equidad y de justicia, no el producto de los egoísmos particularistas que inspiran la ruptura que trama el nacionalismo radical.
