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Pilar Garcés

El desliz

Pilar Garcés

Nuestro pequeño Nicolás

La contratación por parte del PSOE de un joven de 20 años sin estudios ni experiencia laboral para asesorar técnicamente a la conselleria de Salud por un montante anual de 46.200 euros se ha saldado de la mejor manera posible: el interesado, Jordan Thomas, ha renunciado a un cargo para el que a todas luces no está preparado. A todas luces, excepción hecha de las que iluminan al novio de la consellera de Salud, Patricia Gómez. Si la honorable nombra director general del Servei de Salut a su pareja, Juli Fuster, no es extraño que éste busque entre sus amigos de Facebook a quienes deben contribuir a que la maquinaria del área más importante del Govern en peso y presupuesto funcione como un reloj. El mejunje sentimental que dirige la sanidad pública balear no lo habíamos visto ni en Hospital Central, ni en Anatomía de Grey, ni en las Urgencias de George Clooney, con su trasiego romántico en el almacén de las vendas que en cada capítulo de la serie acababa en dramón. Es inaceptable desde cualquier punto de vista. Se vaticinó que generaría problemas y ya ha dado el primero. Permitiendo gestión sanitaria "tanto monta, monta tanto", la presidenta Francina Armengol ha dejado la impresión de que no se puede elegir a una mujer sin compensar de alguna manera a su hombre. A él, y a toda su corte de aduladores. El poder de "nosotros y quien elija nuestro corazón" se parece mucho a una monarquía cualquiera.

Por suerte, Jordan Thomas tiene la cabeza y la elegancia que les ha faltado a los socialistas veteranos y la rapidez de reflejos de que no podrán presumir sus socios de gobierno de Més y Podemos, más tibios que los termómetros de agosto. En su carta de dimisión, el chaval reconoce que le querían pagar mucho dinero, demasiado, más del que una familia ingresa con esfuerzo y promete seguir trabajando por la justicia social. Créeme majo, justicia social no es que tu partido contrate también como asesor de la conselleria de Trabajo al hijo de 28 años del vicepresidente del Parlament, Vicenç Thomàs. He de reconocer que cuando vi la foto de Jordan Thomas junto al líder socialista Pedro Sánchez se me vino a la mente de inmediato el pequeño Nicolás, ese conseguidor y trepilla aficionado al selfi que tanto ha incordiado al Partido Popular en su intento de simular una trepidante regeneración ética. Supongo que a los asesores del secretario general del PSOE en Madrid les pasó lo mismo, y se movieron para desactivar una noticia que ha tenido un eco nacional similar al del posado de Letizia. Todas las justificaciones del Govern de Armengol a la escandalosa contratación solo han servido finalmente para dejar en evidencia a sus protagonistas.

Seguimos esperando acciones de gobierno que nos hagan olvidar el mandato de José Ramón Bauzá, quien también conformó una camarilla de empleados fieles a los que aumentó el sueldo de manera ilegal mientras lo bajaba al conjunto de los funcionarios. Los partidos son empresas de trabajo temporal, esa es la vieja lección de la nueva política. Mucho se van a tener que esforzar Pablo Iglesias y los demás cabezas de cartel para quitarnos tamaña certeza de la cabeza antes de las próximas elecciones. Muchos asesores versados en las redes sociales van a necesitar para convencernos de que esto del fichaje del cachorro socialista por un sueldo que nosotros no ganamos, es parte de la revolución ética que estábamos pidiendo.

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