Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Tarabini

Calores estivales (II): el reposo del guerrero

Es necesario, dícese, que el guerrero repose después de sus mil y una batallas. También los políticos, gobernantes y oposición, deberían reposar de sus múltiples cuitas. Y si me permiten voy a darles unos pequeños consejos para que usen adecuadamente su descanso estival, y comiencen el nuevo curso político con brios que buena falta les van a hacer. Lo único que les suplicamos es que durante este verano dejen sus propios y agotadores campos de batalla y hagan un esfuerzo para regresar al planeta Tierra habitado por humanoides. Dejen, al menos durante el mes de agosto, de practicar su "oficio" de político, dejen en su armario su espada, su loriga, sus arneses, su ballesta, su yelmo... Regresen, aunque sea temporalmente, a los quehaceres habituales de simples ciudadanos.

Dejen de obsesionarse cada mañana en escudriñar como les tratan los distintos medios de comunicación. Dejen descansar a sus gabinetes de prensa cuya misión básica es ofrecer a sus jefes sus correspondientes resúmenes de los distintos medios, incluidas fotos e imágenes donde aparecen. Es tal la obsesión que incluso modifican su agenda preestablecida para contrapesar los "malos tratos" de tal o cual periódico, radio o televisión.

Les pedimos un segundo esfuerzo. Dejen de cotorrear de "cosas políticas" durante este verano. Pienso, aunque no sólo, en los Populares inmersos en su tsunami no resuelto. Comprendo que les resultará muy díficil, dado que su quehacer habitual es conversar de "más de lo mismo" incluso en desayunos, meriendas, comidas y cenas. Olvídense por un mes de sus "compas" políticos. Regresen sin ínfulas a su bar de siempre. Jueguen al mus o al parchís con sus amigos de siempre, si es que los conservan. Tales amigos, probablemente, serán los únicos con que podrán contar si un día la política les abandona o ustedes decide abandonarla.

Dejen en el armario por unas semanas su hiperactividad. Siendo consciente de que nadie es imprescindible ni necesario, dejen de centrar sus quehaceres estivales en asistir a festejos oficiales u oficiosos rodeados de pelotilleros, "pijillos" y similares. Recuperen sin prisas la calle, sin pensar como Fraga que la calle es suya. Miren, observen y escuchen. Vayan alguna vez a comer un menú del día en una casa de comidas normalilla. No se preocupen, lo más probable es que nadie les reconozca.

Una casi última recomendación: practiquen el dolce far niente, simplemente no hacer nada. No se inquieten, no les pedimos que se conviertan en comtemplativos, ni en compañeros (ni tan siquiera temporales) de los ermitaños de la Cartuja de Valldemosa. Simplemente, que sepan yacer en un balancín mientras gozan de una puesta de sol o de un buen paisaje. No se inquieten, no les aconsejaré la lectura de un buen libro.

Recuerden que el mundo es un gran teatro, donde tú no eliges el papel. Normalmente te lo dan. Lo importante es que lo representes con dignidad, con sentido del humor y cierta locura. Probablemente tendrás más problemas, pero también serás más feliz y más útil social y cívicamente. Pero los políticos, no todos, suelen pensar que su cargo es propiedad suya. Más todavía, la derecha "clásica" tiende a creer y practicar que el poder le es consustancial. Y cuando lo pierde, aunque sea democráticamente, es un simple accidente temporal. El poder no puede ser ejercido por gente corriente.

Vivimos en una sociedad compleja y con nuevos retos. La vieja política y los políticos convencionales, en el poder o en la oposición, están obsoletos. Estamos hartos de déspotas ilustrados (¡o sin ilustrar!) que iluminados por sus dioses particulares pretenden gobernar para los ciudadanos pero sin contar con ellos para nada. Necesitamos políticos con objetivos claros y comprensibles, que sean buenos gestores pero que también sepan (y quieran) escuchar a sus ciudadanos (no súbditos).

Amigos políticos: aprovechen este verano para recuperar su faz humana, los ciudadanos se le agradeceremos. No se consideren los reyes del mambo, porque no lo son. Rememoren las palabras de aquel esclavo, portador de la corona de olivo mientras el general romano, victorioso en mil batallas, paseaba sus glorias montado en su regia auriga: "Recuerda que eres humano". La política en mayusculas es imprescindible, pero las personas físicas que la ejercen no son imprescindibles, y en muchos casos ni tan siquiera son necesarias, y a veces algunos son incluso indeseables. Sic transit gloria mundi.

Compartir el artículo

stats