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Llorenç Riera

La confirmación del discurso anunciado

Primero deshacer y después volver a empezar. Es el destino de todo cambio de testigo entre los gobiernos del PP y del pacto de izquierdas en Balears, pero esta vez, si cabe, se produce de forma mucho más acentuada. Francina Armengol puede tener muchas habilidades, pero entre ellas no están las capacidades de sorpresa y de innovación. La claridad oratoria no comporta por necesidad la calidad de contenidos. Ni la brevedad mayor satisfacción en el receptor.

El discurso de investidura de quien se convierte en la primera presidenta de Balears fue la confirmación de cuanto se ha ido anunciando por entregas durante los días de negociación y escenificación del pacto entre el PSOE, Més y Podemos. Armengol quiere estrenarse con buen cartel. No lo tendrá difícil en contraposición a José Ramón Bauzá, pero necesita borrar algunas imágenes y varios errores de comportamiento de su paso por el Consell. La veteranía también es un lastre que no blinda frente a los antecedentes. En su discurso de ayer, Armengol igualmente delató muchas de las cuestiones sobre las cuales debió emplearse más a fondo y con mejor fortuna, durante sus últimos cuatro años al frente de la oposición. Por eso ahora se enfrenta a una sobrecarga de trabajo.

Pero la presidenta en proceso de investidura también sabe cuáles son las demandas actuales y los guiños que satisfacen a la sociedad. Necesitaba tender la mano y abrió los dos brazos prestos al abrazo. Tanta generosidad en el compromiso puede ocasionar serios problemas de equilibrio. Sobre todo cuando su cumplimiento no depende sólo de ella y ni siquiera de sus socios de gobierno en distinto grado. La terminología no se ha modificado en el discurso de Armengol. Establece el "diálogo, el consenso y la participación", como referentes esenciales y consolida ejes que siempre pasan por la ciudadanía, la democracia, la competividad y la sostenibilidad. La reivindicación vuelve a delatar cuánto se ha distanciado la clase política de los principios esenciales.

Armengol busca todos los avales posibles para presentarse en Madrid, ante Mariano Rajoy y demandar otro sistema de financiación autonómica. Es otra de las escenas conocidas. Nada nuevo.

El Régimen Especial de Balears adecuado al equilibrio y la necesidad volverá a ser uno de los grandes caballos de batalla, porque sin él nada o poco se hará. Armengol abrió ayer las puertas del Consolat de Mar a la comunidad educativa. Confirmó el finiquito de la Ley de Símbolos y el TIL que ya sólo es símbolo de mala época. La ecotasa a reinvertir en el sector turístico será uno de los grandes retos por consolidar. También se devolverán las 20.000 tarjetas sanitarias retiradas por Bauzá. La hoja de ruta tienen un marcado carácter social en época de grandes carencias. Satisface a Més y a los sindicatos. Podemos parece avanzar que limitará el número de apoyos a los necesarios para la investidura y el PP añora concreción y realidad. Así empieza Armengol.

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