Una nueva plaga vegetal se está extendiendo por el Mediterráneo y existe el riesgo de que llegue a Mallorca, con unas consecuencias que acabarían teniendo un serio impacto sobre el paisaje y la economía de la isla. De cumplirse los peores augurios, afectará de lleno a dos de sus árboles más emblemáticos: el olivo y el almendro. Ahora, cuando todavía estamos a tiempo, se trata de adoptar las medidas preventivas para que esto no ocurra. La mala experiencia vivida con otras epidemias, antaño la filoxera en las vides, más recientemente la procesionaria del pino, y en la actualidad el picudo rojo de las palmeras, invitan a actuar con contundencia ante la nueva amenaza para evitar males mayores.

La ´Xylella fastidiosa´ es una bacteria de origen americano que ha llegado a Europa. Conocida también con el nombre más vulgar de "ébola del olivo" ha causado ya efectos devastadores en los cultivos de Italia y Francia. Puede atacar igualmente a los almendros y adelfas. Se propaga con enorme facilidad a través de insectos vectores que absorben la savia de las plantas. Se teme su difusión por otras zonas del Mediterráneo, entre ellas Balears. Las extensiones de olivo en Mallorca están cifradas en 8.100 hectáreas y las de almendro en 24.400. Esta última especie, ya muy envejecida, está afectada por otras infecciones y contagios en algunos puntos de la isla.

Ni que decir tiene que hablamos de los árboles más abundantes y mejor adaptados al clima y a la orografía del territorio insular. Mallorca, sin almendros ni olivos, deja de ser de alguna manera Mallorca. Hoy por hoy, la única forma de luchar contra la Xylella fastidiosa es talar el árbol y quemar su leña. Hay que coordinar todos los esfuerzos y medidas necesarias para no alcanzar estos extremos. Se arrasaría el paisaje y con ello una parte de la economía de la isla y su atractivo turístico. La producción de aceite está consiguiendo un notable desarrollo y beneficios. Los almendros en flor del invierno, junto a los olivos milenarios de la Serra de Tramuntana, continúan siendo un atractivo insustituible y exclusivo del paisaje mallorquín, todo ello al margen de las consecuencias estrictamente agrícolas. Al ser consultados por este periódico, los técnicos y productores no han ocultado su preocupación ante la amenaza real que constituye la Xylella fastidiosa. No se puede permanecer de brazos cruzados ni pensar que el daño causado se circunscribirá a los olivos de Italia y Francia. Si se adopta esta postura, la plaga puede llegar a la isla en el momento menos pensado y entonces el mal ya será irreversible.

Se cumplen 25 años de la liquidación del Sindicato Cooperativo de Felanitx. En el momento del cierre contaba con 300 socios. Su emblemático edificio, hoy completamente degradado y sin futuro, fue el máximo exponente del esplendor que un día tuvo la producción vitivinícola de Mallorca. En principio se benefició de los estragos que la filoxera causaba en Francia, pero después la misma filoxera arrasó las viñas de la isla que ha costado volver a replantar. Está demostrado que no podemos permanecer aislados de plagas. Se trata de incrementar la vigilancia y actuar con contundencia, desde su misma raíz, en caso de producirse algún brote del "ébola del olivo".

La responsabilidad de los organismos del Govern balear vinculados al mundo agrícola y de la naturaleza es máxima en cuanto a las medidas de prevención y al control sobre importaciones que puedan ser portadoras de la inquietante plaga. Están en juego varios frentes muy sensibles, que atañen a nuestra realidad económica, laboral, paisajística y turística.