El pasado 30 de octubre se firmó entre España y la Comisión Europea el acuerdo de asociación 2014-2020 para el uso óptimo de los fondos estructurales y de inversión de la Unión Europea (UE). Se trata de casi 38 000 millones de euros que se invertirán en España en los próximos 7 años, destinados a contribuir a la cohesión económica, social y territorial en nuestro país. Sin duda, es un plan de inversión vital, que colocará a España en la vía del crecimiento y el empleo para la próxima década.

El acuerdo refleja la determinación conjunta de la Comisión Europea y de España de utilizar los fondos europeos de la manera más eficiente posible y centrar las inversiones estratégicas en la economía real, el crecimiento sostenible y el capital humano, en consonancia con la nueva política de cohesión europea, alejándose así en cierta medida de las prioridades del pasado, más focalizadas en la inversión en infraestructuras. Hoy en día los fondos de la UE, fruto de la solidaridad europea, deben dirigirse hacia donde más se necesitan: las pymes, la investigación y el desarrollo, las políticas de desarrollo sostenible y, por supuesto, las regiones menos desarrolladas. Todo ello servirá para combatir el desempleo e impulsar la competitividad y el crecimiento económico, fomentando también el espíritu empresarial y, a su vez, luchando contra la exclusión social.

De los casi 38.000 millones, 8.600 provendrán del Fondo Social Europeo (FSE) y de la Iniciativa de Empleo Juvenil (943 millones) y se destinarán a los jóvenes y a la implantación de la garantía juvenil, además de a otras medidas de creación de empleo, cohesión social y reducción de la pobreza. Se combatirá el abandono escolar prematuro y se mejorará la orientación de la educación hacia la empleabilidad de los jóvenes.

Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) acapara 19.408 millones, de los cuales dos tercios se orientarán hacia la investigación y el desarrollo (I+D), las TICs (tecnologías de la información y comunicación), la potenciación de una economía baja en carbono, y en ayudas a las pymes, las cuales representan el 99,8% del tejido empresarial español. La iniciativa para pymes financiada por el FEDER permitirá canalizar a estas empresas más de 3.000 millones de euros en condiciones ventajosas y coordinando recursos procedentes de otros fondos europeos, del Banco Europeo de Inversiones y de los bancos nacionales. Favorecer los préstamos en detrimento de las subvenciones contribuirá a mejorar la calidad de los proyectos y reducir la dependencia de nuestro tejido productivo de las subvenciones.

España recibe también 8.290 millones de euros para desarrollo rural (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural o FEADER) y 1.160 millones de euros para el sector de la pesca y el sector marítimo (FEMP, Fondo Europeo Marítimo y de Pesca).

Todas las comunidades autónomas españolas se benefician de estos fondos, aunque con niveles diferentes en función del nivel de desarrollo. Extremadura, la comunidad autónoma que continuará siendo bbjetivo 1, recibirá más de 2.000 millones del FEDER y FSE; Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Murcia y Melilla, que están en un nivel de transición, recibirán más de 14.000 millones, y las demás comunidades recibirán casi 12.000 millones.

La gestión de los fondos es una responsabilidad compartida entre todos los actores. La gestión del día a día corresponde a las autoridades públicas españolas, mientras que la Comisión Europea interviene al principio, para aprobar las grandes líneas de los proyectos, y al final, para verificar que el gasto se ha ejecutado correctamente.

España presentó el 22 de julio de este año a la Comisión Europea los programas con el detalle de las acciones que se pondrán en marcha. Una vez dichos programas sean validados por la Comisión Europea, el Gobierno Español y las comunidades autónomas seleccionarán los proyectos individuales, los pondrán en marcha y asegurarán su seguimiento y evaluación. Cuando se utilizan de manera eficiente „con verdadero respeto por el impacto y los resultados„ los fondos europeos tienen un enorme potencial para crear puestos de trabajo y mejorar la calidad de vida. Estos nuevos fondos ponen un mayor énfasis en los resultados y la transparencia. Las acciones de los fondos, especialmente en el campo de la investigación, el desarrollo y la innovación, deben de ser coherentes con una estrategia de desarrollo regional, las llamadas estrategias de "especialización inteligente" destinadas a identificar los puntos fuertes de una región y, en ese sentido, todas las regiones españolas han realizado de manera anticipada este ejercicio, que sin duda presenta un largo recorrido y que dará sus frutos en términos de competitividad.

España ha sido tradicionalmente uno de los estados miembros de la UE que más y mejor ha aprovechado los fondos comunitarios y pensamos que este nuevo ciclo presupuestario será igualmente provechoso para el país.

*Director general de Fondos Comunitarios y Director de la Comisión Europea en España, respectivamente