Invierno de 1988. El escultor Pablo Maojo hinca en las dunas de la playa de Rodiles cien traviesas de ferrocarril. Luego, ayudado por amigos, las vuelve a hincar alineadas en la orilla, con signos tallados en la madera ("la barrera oceánica"). La mar cantábrica las fue llevando adentro, para devolver 76. Subieron éstas a la cimera de un monte próximo, formando un túmulo ("Oriciu pa aviadores"). Pasaron 25 años, volvieron, fueron retirando de ellas la maleza y las llevaron al Museo Evaristo Valle, alzando en una sala el túmulo, hoy en los jardines. De este portentoso viaje por el tiempo, con los planos íntimos de la madera, el trabajo hecho metáfora, el cruce de simbolismos y las implícitas historias personales como protagonistas, dan testimonio las fotos del artista José Ferrero, en la galería Utopía Parkway (Madrid). Sus visitantes tienen acceso, por vía mágica, al ombligo del mundo.