Permanecen abundantes y fundadas dudas que, de forma definitiva y salvo decisiones de órganos superiores, deberán despejarse en un juicio oral. No queda otro remedio porque la afectada, Cristina de Borbón, cuando ha tenido oportunidad de hacerlo „en su forzada comparecencia ante el juez„ no ha mostrado el menor interés en dejar las cosas claras. Esta es la conclusión a la que llega el magistrado Castro para actualizar la imputación de la duquesa de Palma y atribuirle dos presuntos delitos fiscales y un tercero por blanqueo de capitales.

Todo se ha movido y analizado dentro de los canales de la colaboración necesaria. Sin ella, sin la avenencia de sus esposas, aunque fuera pasiva y la de un complaciente Jaume Matas, Iñaki Urdangarin y Diego Torres no hubieran podido alcanzar el grado de negocio, con fondos públicos, que se les atribuye.

El juez da por sentado que existen sobrados fundamentos para sostener la imputación de Cristina de Borbón y el fiscal Horrach afirma que "la infanta ha sido imputada por ser quien es". Entre estos dos extremos ha quedado delimitada la instrucción del caso Nóos. Mientras la Casa del Rey, escaldada en patinazos precedentes, se sitúa en el "pleno respeto a la justicia", hay una peligrosa insinuación en las valoraciones políticas, sobre todo las procedentes del PP, porque vienen a decir que todo es provisional o momentáneo y que las decisiones de verdad se adoptarán en instancias superiores. Con ser cierto, es una irreverencia implícita hacia la labor del instructor y el sistema judicial. Quizás también un desmesurado afán de intervención.

Miquel Roca, letrado de Cristina de Borbón, ha dicho que su recurso, en correspondencia con las tesis del fiscal, se basará en la ausencia de delito. El juez ha concedido un plazo de veinte días para que las partes puedan presentar sus escritos de acusación y en medio de todo ello navegan las discrepancias de los juristas sobre la apertura de juicio oral cuando solo hay acusación particular. Es la llamada doctrina Botín, por lo que respecta a Cristina de Borbón que, a expensas de lo que diga la Audiencia al ver los recursos, será acusada por Manos Limpias.

En cualquier caso habrá vista del caso Nóos porque en él quedan 16 imputados de entre los cuales destacan Iñaki Urdangarin y Diego Torres con reiteración de cargos que para el duque de Palma suponen la atribución de 24 delitos. A Jaume Matas se le asignan ocho.

Conocidos y despejados estos pormenores, el principal foco de atención y las contradicciones en la interpretación siguen centrándose en la hermana del Rey, por su actitud y reiterada apelación al desconocimiento, lo cual no ha contribuido en modo alguno a rebajar los indicios incriminatorios sobe ella. Este comportamiento es lo que ha determinado que el juez mantenga la imputación.