En 1994 la cuarta conferencia internacional sobre población y desarrollo (CIPD), celebrada en El Cairo, constituyó un hito tanto en las políticas de población como en la agenda de salud y derechos sexuales y reproductivos de la población mundial. Su programa de acción fue firmado por 179 países, entre ellos el Estado español, y recoge una serie de objetivos, relacionados con la salud y los derechos sexuales y reproductivos, que debían alcanzarse en el 2015.

La llamada "conferencia de El Cairo" ha significado un enorme paso adelante para los derechos de las mujeres en la mayoría de los países, inspirando políticas y programas que han mejorado millones de vidas, aunque aún persisten serias carencias y la agenda acordada en El Cairo sigue estando inacabada. Los problemas de salud sexual y reproductiva siguen afectando a millones de personas por causas que fácilmente podrían ser evitadas. Las mujeres, las adolescentes y las comunidades más pobres son las que sufren las consecuencias más graves, tal y como se pone de manifiesto con las siguientes cifras: cada día, 800 mujeres mueren por causas evitables relacionadas con complicaciones del embarazo y del parto; 220 millones de mujeres en los países en desarrollo quieren prevenir un embarazo, pero no tienen acceso a métodos anticonceptivos eficaces ni a servicios de calidad; 15 millones de jóvenes de entre 15 y 19 años son madres cada año; 47.000 mujeres mueren todos los años debido a abortos inseguros, la gran mayoría en países donde el acceso a abortos seguros está restringido o penalizado por ley; sólo el 34% de las mujeres embarazadas recibe una atención prenatal adecuada en los países de ingresos bajos.

Veinte años después de esta histórica conferencia, Naciones Unidas se reunirá en septiembre no sólo para analizar el nivel de avance y los retos en la implementación del programa de acción hasta ahora, sino también para definir la nueva agenda post-2015. No será un cometido fácil pues nos enfrentamos a distintas ideologías y fundamentalismos contrarios a la ampliación de los derechos de las mujeres. Los derechos y la salud en materia de sexualidad y reproducción son objeto de vivas controversias ideológicas a nivel internacional donde se cuestionan constantemente en nombre de la cultura, la religión o la moral. Igualmente, corren peligro temas tan importantes como la necesidad de asegurar en todos los países una educación sexual integral adaptada a los grados escolares, la eliminación de cualquier forma de discriminación y violencia basada en la orientación sexual e identidad de género y la necesaria y particular atención a las necesidades no atendidas de los y las adolescentes.

Por lo tanto, es esencial que la asamblea general de las Naciones Unidas de septiembre de 2014 contribuya significativamente a la movilización política y a la renovación de compromisos en los ámbitos clave del programa de acción de la CIPD. España, dado que se comprometió con su firma, debe contribuir activamente a la adopción de una agenda ambiciosa para la asamblea general de las Naciones Unidas de 2014 dedicada a la CIPD.

Prioridades que la sociedad civil quiere ver incluidas en el documento final:

-Acceso universal a información, educación y servicios de salud sexual y reproductiva de calidad e integral, que atienda a la diversidad y a las necesidades específicas de las personas.

-Responder a las necesidades de salud sexual y reproductiva de los y las jóvenes, incluida la educación integral sobre sexualidad para los y las adolescentes y jóvenes.

-Eliminación de todas las formas de violencia de género, incluida la violencia por motivo de orientación sexual e identidad de género y el feminicidio.

-Promoción, respeto y protección y cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres y las niñas (incluidos los derechos sexuales y reproductivos).

-Garantizar la rendición de cuentas como elemento clave para el cumplimiento de los todos derechos humanos.

-Vinculación e integración de la salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR) en la agenda post 2015.

-Reconocimiento de los consensos y declaraciones regionales de la CIDP+20 que suponen un avance significativo sobre la conferencia de El Cairo.

-Protección y respeto de los derechos sexuales y reproductivos. La inclusión de los derechos sexuales es vital frente a los intentos en contra de los grupos conservadores.

Por este motivo, las organizaciones firmantes, en el día internacional de acción por la salud de las mujeres, le instamos a ejercer su influencia, por los cauces de interlocución legalmente establecidos, para que el Gobierno español renueve y apoye con firmeza su compromiso político y financiero con la CIPD con un claro enfoque basado en los derechos humanos entre los cuales se encuentran los derechos sexuales y reproductivos. Asimismo, le instamos a realizar un atento seguimiento del resultado de esta cita y de los compromisos internacionales asumidos y a garantizar el debido cumplimiento en el ámbito territorial autonómico de su competencia.