Seguramente este artículo llega tarde, Seguramente lo compraste por Navidad o por Reyes y ya está en casa. Si es así, te has equivocado. La compra de un perro es un mal negocio. Cuando veas un cachorro en un escaparate piensa: ¿de dónde ha salido? La respuesta es obvia pero, ¿qué ha tenido que pasar para que naciera? Una historia de amor, perro conoce perra... Demasiado Disney en nuestros cabezas. La dama y el vagabundo es sólo un cuento. El negocio de los animales de compañía es una gran máquina de hacer dinero y de explotación. Las perras son obligadas a criar a un ritmo frenético, fecundadas evitando el cortejo, reduciendo tiempo y costes de producción.

Obligadas a parir, se les niega el derecho a ser madres. Sus crías son lanzadas al mercado con apenas dos meses y otra vez al canil, sin paseos ni caricias, hasta que su cuerpo permita otra monta. Un día, retiradas del proceso de producción, seniles prematuras, arrastrando sus dilatadas ubres infestadas de tumores, sucias, enfermas y yermas, serán olvidadas en una jaula o sacrificadas para evitar gastos. Sus cachorros serán hacinados y distribuidos en pésimas condiciones a sus puntos de venta, donde serán lavados, peinados y convertidos en adorables peluches de escaparate. Meros objetos de consumo.

Aunque tal vez el tuyo provenga de algún raro "buen criador" que sólo busca la preservación de una raza innecesaria, fruto del capricho del hombre, que pasea cada día a todos sus perros, vencedores de mil concursos, hijos y nietos de campeones€ ¡chorradas! Salvo que hayas visto con tus ojos a la madre de tu cachorro, puedes sospechar que su pedigrí sea uno de los miles que, cada año, se falsifican en España. Si juntáramos todos los "hijos de campeones" veríamos que no hay concursos para tanto galardón.

Lo compraste. No pensaste que, al hacerlo, generabas un aumento de la demanda y otra perra a parir. Porque ni esa vitrina ni esa jaula pueden estar vacías. Un animal en una tienda es un artículo con código de barras que debe ser repuesto cuando se agotan las existencias. Seguramente este artículo llega tarde. Si es así, aún puedes remediarlo. Hay tres cosas que puedes hacer.

Edúcale. Pero desconfía de quien te hable de dominancia, perros alfa o liderar la manada. Busca quien te hable de educarte a ti, de encontrar su lugar en la familia, de aprender su idioma, y, sobre todo, de respeto. No añadas más carne de perrera al mercado. No es cierto que las hembras necesiten ser madres. ¿Para qué? ¿Para quitarles sus hijos a los dos meses? ¿Qué clase de maternidad es ésa? No necesitan del sexo. Esterilizándoles previenes la aparición de tumores.

Por último y para que esta historia termine bien. No es bueno que el perro esté solo. En alguna perrera, un excedente de producción, algún regalo de Reyes no pedido por carta y sin manual de instrucciones está esperando su última oportunidad, antes de que expire su fecha de caducidad en forma de inyección letal. Dicho de otro modo, ve a por el segundo. Pero esta vez, no lo compres. Adopta.

* Expresidente de Baldea (Plataforma Balear para la Defensa de los Animales)